Este grupo de voluntarios se llama Samai Will Survive, del equipo del empresario Ekapob Laungsprasert, y se encuentra en el área de Samai de Bangkok. Durante las 24 horas del día atiende a unas cien llamadas de emergencia de pacientes con covid que necesitan ayuda y no pueden obtenerla.
“Nos damos cuenta de lo duro que trabajan y lo cansados que están los médicos y enfermeras”, dice el empresario de 38 años. “Lo que estamos tratando de hacer hoy es ayudar a aliviar parte de la carga. Antes, todos los casos debían ir al hospital, por lo que hoy no hay camas. Así que nos ofrecemos como voluntarios para ayudar ".
Malee es una mujer con fallos respiratorios debido a ser positivo en covid, este equipo brinda oxígeno y tranquilidad tanto a ella como a su esposo, quien también está contagiado del virus.
La situación de Tailandia es complicada y dura. Alrededor de 15 millones de casos se confirman cada día y no hacen más que aumentar. Sólo en Bangkok hay 20 mil personas esperando una cama de hospital.
Por ello son tan necesarios equipos como el de Ekapob y su grupo, quienes compran los suministros con donaciones públicas que les permite ganar un tiempo esencial tanto a los pacientes como al sistema sanitario saturado.
Hay un intenso debate en Tailandia acerca del lanzamiento nacional de la vacunación. Los tailandeses están indignados ante el hecho de que solo un 5% de la población esté completamente protegida.
La mayoría de las muertes suceden en privado, pero algunas, sin embargo, no. La semana pasada en una calle de Bangkok permaneció un cuerpo durante horas, lo que provocó la ira de un primer ministro avergonzado.
Esta historia podría haberse repetido el sábado por la noche de no ser por Ekapob, que encontró a una mujer sin hogar con signos de contagio, confirman que es positivo con una prueba rápida y le consiguen una instalación dónde observarla mientras espera una cama de hospital.
Desde que comenzó la pandemia en Tailandia, ha habido 497 mil 302 casos confirmados de covid-19 y 4 mil 59 muertes.