Todos queremos tener siempre el cabello perfecto. Sin embargo, a cada uno nos ocurre algo distinto: tenemos las puntas abiertas, el pelo muy graso, se nos encrespa mucho, lo tenemos muy seco o dañado y sin brillo, nos falta volumen... siempre hay problemas. Aquí aprenderemos algunos truquitos básicos que hay que realizar para poder tener una melena sana.
Champú, acondicionador y mascarilla
Para empezar, una de las cosas más importantes es elegir un buen champú, un champú acorde con nuestro tipo de pelo o los problemas que nos dé. Además, también deberemos complementarlo con un acondicionador y una mascarilla. Es recomendable usar productos de la misma gama, para que se complete bien el proceso. Hay que evitar lavárselo todos los días, aunque tampoco es bueno dejarlo mucho tiempo sin lavar. Se aconseja lavarlo cada dos o tres días. Debemos utilizar champús sin detergente, sin parabenos, sin siliconas y sin sulfatos. También es bueno cambiar de champú cada vez que acabemos uno para que el pelo no se acostumbre siempre al mismo.
Al lavarnos el pelo con el champú debemos evitar frotar muy fuerte, un error que cometemos casi todos pensando que así se lavará bien el pelo. Es mejor hacer un masajear con la yema de los dedos suavemente para poder aguantar el pelo limpio más días. Además, la temperatura del agua, pese a que nos parezca una tontería, es muy importante. No debe estar ni muy caliente porque daña el pelo y el cuero cabelludo, ni muy fría porque entonces no se limpia bien.
Con respecto al uso de la mascarilla, deberíamos dejarla actuar como mínimo 15 minutos para que haga bien efecto. Si queremos multiplicar su efectividad podemos envolvernos la cabeza con una toalla caliente mientras esperamos. Si por falta de tiempo no podemos realizar esto, podemos usar el acondicionador para ir más rápido.
En cuanto al paso de desenredar el cabello, es bueno que lo hagamos con el acondicionador o mascarilla puesto, utilizando siempre las manos para hacerlo. Así, desenredando con nuestros propios dedos evitaremos romper el cabello y que el producto penetre bien en el pelo.
Secador y plancha
El secador debe ser icónico para no quemar ni dañar nuestro cabello. Este tipo de secador ayuda a la hidratación del cuero cabelludo y del pelo en sí sin provocar ningún tipo de daño. Aún así se recomienda dejar secar el pelo al aire.
Secador icónico.
Evidentemente, no se recomienda el uso constante de planchas u otros utensilios de calor como tenacillas o rizadores. Sin embargo, todos los usamos alguna vez. Para poder hacerlo sin dañar mucho el pelo deberíamos usar previamente un protector de calor para minimizar los daños.
Peines de púas anchas y peine de cerdas naturales
Cuando nos desenredemos el pelo húmedo debemos hacerlo con un peine de púas anchas, empezando por desenredar nuestras puntas y cada vez subiendo un poco más hacia las raíces. Así, evitaremos que se rompa, ya que el cabello en este momento es bastante frágil.
Peine de púas anchas.
Si por el contrario vamos a desenredarnos el pelo seco, lo suyo es utilizar un cepillo de cerdas naturales.
Aceites o sérum
El uso de este tipo de productos resulta fundamental para evitar rotura del cabello, sellar puntas y mantener un brillo increíble,
