La nadadora Nuria Marquès protagonizó la última edición del programa ‘Objetivo Tokio Paralímpicos’ de Teledeporte (TVE), donde hizo repaso de su trayectoria deportiva y personal y de los retos que afronta en esta temporada, cuyo punto culminante serán los Juegos de Japón, entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre.
Según explicó, “mi discapacidad nunca me ha impedido hacer aquello que me gusta, sino un poco al contrario”. “Gracias al hecho de tenerla he conseguido ir a unos Juegos y hacerlo tan bien”, reconoció. “Era un reto intentar superarme día a día, tenga lo que tenga, y hacerlo lo mejor posible”. “En los entrenamientos trabajo muchísimo brazos y tren superior porque es mi motor, pero sin olvidar que tengo una pierna y eso también da guerra”, admitió.
La nadadora de Castellví de Rosanes (Barcelona) relató que empezó en la natación “por recomendación médica, cuando me hicieron las operaciones en la pierna, y la verdad es que lo disfrutaba muchísimo con mis compañeros”. “El agua era un medio en el que yo me sentía que controlaba, era normalidad, y hacía que los demás vieran que yo también podía igual que ellos, que el hecho de que me faltara una pierna no era impedimento para seguir nadando, para hacer lo mismo que ellos”. “Y realmente eso me ha llevado a disfrutar muchísimo del deporte, a llegar donde he llegado, a seguir trabajando y a esa ilusión de conseguir un reto como es unos Juegos, un Mundial o un Europeo”, señaló.
Marquès, que ya ha acreditado la marca mínima B que le acerca a la cita japonesa, adelantó que “el objetivo que nos hemos planteado es poder hacer esa mínima A para tener al 100% la plaza para ir a Tokio y también para ponernos un reto esta temporada”. Dado que “ha habido muy pocas competiciones” debido a la pandemia, “nos tenemos que poner pequeños retos a corto plazo”. “Esos pequeños objetivos te ayudan a tener constancia en los entrenamientos y a mantener la mentalidad a la hora de competir y conseguir lo que quieres”.
La deportista con discapacidad física conversó con el presentador del programa, Amat Carceller, y el colaborador habitual de Teledeporte y jugador de tenis de mesa paralímpico, Alberto Seoane, sobre sus opciones de medalla en Tokio. “Estoy preparando bastantes pruebas: el 400 libre, el 200 estilos y el 100 espalda, sobre todo”. “El 400 libre es la prueba en la que gané el oro en Río y la tengo muy arriba en expectativas”, afirmó, “pero estos últimos años he empezado a trabajar mucho el 200 estilos, que era una prueba que nunca había tocado porque mi braza era muy justilla en comparación con lo demás”. Sin embargo, “al mejorar ese estilo, estoy despuntando bastante, he bajado mucho mis marcas y estoy mejorando mucho. Es donde gané el oro en el Mundial de Londres”.
Nuria debutó en los Juegos de Río de Janeiro con sólo 16 años y de ellos se trajo una medalla de oro y otra de plata, de forma que ahora se encuentra un listón muy alto de cara a Tokio. “Vengo de ese campeonato con unos resultados excelentes, para mí fue un campeonato de 10”, pero “al tener esa experiencia me supone todo un reto llegar a estos Juegos de Tokio que con tanta ilusión estoy esperando y hacerlo lo mejor posible”.
Tal y como recuerda, “era muy novata en esos Juegos de Río, fui totalmente a ciegas, no sabía qué eran unos Juegos”. Ahora, en cambio, “ya voy con unas expectativas e incluso a lo mejor me pone un poquito más nerviosa el saber a lo que me enfrento. Sí que es verdad que eso también me da un plus porque sé de dónde vengo, conozco más ese mundo y me conozco más a mí misma”. “Voy a cumplir 22 años dentro de nada y yo creo que aún me queda recorrido como deportista”, analizó.
En cuanto a una posible cancelación de los Juegos, Marquès quiso trasladar un mensaje de tranquilidad: “Las noticias van y vienen y al final nosotros nos tenemos que adaptar. Vamos a seguir trabajando porque el pensamiento es que se van a hacer. Hemos estado trabajando toda esta temporada y lo seguimos haciendo hasta llegar a esos esperados Juegos de Tokio”.
La catalana ya visitó la capital nipona en 2019, tras el Mundial de Londres: “Fui después de un campeonato bastante difícil en cuanto a resultados”, pero le encantó “todo en general”: “ver las instalaciones, las dimensiones de todo aquello, el país, la gente, la amabilidad con la que te trataban, la comida…”. “Fue una experiencia única y me dio esas ganas de luchar por lo que estaba viendo, que al final es el sueño de todo deportista: poder ir a unos Juegos y participar en todo ese gran mundo y esa burbuja que se hace allí y que todos disfrutamos”.
Una vez pasados los Juegos de Río 2016, la joven nadadora se trasladó al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona), donde reside actualmente y compatibiliza los entrenamientos con sus estudios de Fisioterapia. “Fue un cambio de profesionalidad. Estaba en un club, estaba increíblemente bien, de hecho sigo representando a mi club cuando voy a las competiciones, al Club Natació Sant Feliu”.
“Pero el entrar al CAR me supuso cambiar un poco el chip, decir que realmente te estás dedicando a ello. Estás estudiando, pero la natación también tiene un peso muy importante en tu vida. Hay que dedicarle tiempo, horas, trabajo…”, destacó. “Las instalaciones de un club no tienen nada que ver con las de un CAR, por eso a miles de deportistas les encantaría poder trabajar en esas condiciones”. “El grupo que tenemos también es muy bueno, trabajamos mucho y hay mucha calidad en ese equipo”, admitió.
Marquès también quiso poner de manifiesto todo lo que ha aprendido a lo largo de su carrera como nadadora: “El deporte me ha enseñado muchísimo, a crecer como persona y como deportista. A tener paciencia, constancia, a sacrificar cosas para obtener lo que yo sueño o quiero; mucho trabajo, saber compaginar todo... Yo he estado estudiando a la vez que nadando y eso me ha aportado mucha organización en mi vida”, concluyó.