La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha afirmado que modernizar la política de trabajo "significa también hacer partícipes a las personas trabajadoras de la prosperidad del país" y que, por ello, las mejoras en términos de crecimiento deben trasladarse a los salarios.
Así lo ha señalado durante su intervención en la Comisión de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en el Congreso, donde ha remarcado que una política de rentas que mejore las condiciones de vida de los trabajadores impulsa el conjunto de la economía.
De hecho, ha recordado que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) ha tenido un "gran efecto" en el impulso al alza de los salarios y muy especialmente de los más bajos, por lo que ha afirmado que está actuando, además, sobre la pobreza laboral y la desigualdad.
En este sentido, Díaz ha apostillado que conseguir que el SMI alcance el 60% del salario medio "es un objetivo de esta legislatura que seguro se conseguirá".
Por otro lado, Díaz ha dejado claro que el nuevo Estatuto del Trabajo del siglo XXI es "el gran reto colectivo, la gran obra legislativa que se debe llevar a cabo intentado dar una respuesta a todas las manifestaciones en las que el trabajo toma cuerpo en la actualidad".
"Modernidad significa avanzar en derechos, recuperar la constitución y el derecho al trabajo en su sentido originario, lo que implica generalizar la lógica del trabajo decente, empleo estable, digno y con derechos", ha dejado claro.
En esta línea, ha afirmado que se debe apostar por fórmulas de contratación que sean "claras, simples y que establezcan su carácter indefinido como norma, por el bien de los trabajadores y de las empresas".
No obstante, ha dejado claro que esto también significa una negociación colectiva "equilibrada", donde los trabajadores puedan colectivamente negociar "de igual a igual" sus condiciones. "Las empresas modernas precisan relaciones laborales modernas", ha añadido.
Durante su discurso, Díaz ha afirmado que se propone abordar la asignatura pendiente en la democracia de España, que es el trabajo decente, ya que "dar respuesta al problema del desempleo y la precariedad continúa siendo la principal asignatura pendiente del país".
"El desempleo y la precariedad son diferentes dimensiones de un mismo problema, importa tanto la cantidad como la calidad; y por tanto, la respuesta ha de ser integrada: promover el empleo estable, de calidad y con derechos", según la titular del Ministerio.
Para Díaz, "la democracia no será completa si no se logra que el mercado de trabajo sea un espacio de ciudadanía y eso es imposible con las cifras de paro y precariedad que asolan al país".
Sobre las políticas activas de empleo, Díaz ha afirmado que se está alcanzando un acuerdo para una nueva generación de estas políticas, "incorporándolas a la era digital para hacerlas eficacia".
"La reforma profunda de estas políticas implica su concepción como derecho que lleva asociado la personalización de los servicios", ha apuntado, tras señalar que el Sistema Nacional de Empleo garantizará "un buen perfilado de las personas que buscan empleo, un itinerario laboral y formativo individualizado, una tutorización individual y un acompañamiento efectivo en la búsqueda de empleo, en su formación y en las transiciones profesionales".
Además, la ministra cree que la política de trabajo debe contribuir a modernizar el modelo productivo español, "situando el trabajo en el corazón de la reactivación".