A partir de este lunes 30 de agosto, Francia impone tener el certificado covid a los trabajadores que estén en contacto con público. 1.800.000 de trabajadores serán afectados, entre ellos, empleados de establecimientos públicos o privados que trabajen de cara a los clientes.
Estas medidas obligarán a tener en posesión este certificado covid a los camareros, pero no a cocineros. Los empleados necesitarán para poder trabajar el pasaporte covid, la pauta completa de la vacuna, presentar un test negativo no posterior a las 72 horas o que tengan superada la enfermedad en los últimos seis meses.
Además, los empresarios o responsables de cualquier administración que no aseguren que sus trabajadores poseen esta certificación, podrían enfrentarse a un año de prisión y una multa de 9.000 euros.
Es una medida preventiva para reducir los contagios y evitar cerrar estos establecimientos. Comenzó su obligatoriedad desde julio, pero a partir del lunes 30 de agosto es obligatorio para poder seguir trabajando. Sin embargo, Francia no lo extenderá a todo el conjunto de trabajadores, por el momento, y se les exigirá solo a los empleados que mantienen contacto con el público.
Por último, los empleados deben tener el pasaporte covid o la pauta completa de la vacuna contra el covid, un test negativo en las últimas 72 horas o haber superado la enfermedad en los últimos seis meses para poder trabajar.
Asimismo, los empresarios o responsables de la administración correspondiente deberán supervisar que sus trabajadores cumplan con la certificación, sino se enfrentarán a penas de un año de prisión y multas de hasta 9.000 euros.