"No cabe un alfiler", aseguran los militares españoles. Los aviones A400M que llevan a los colaboradores afganos fuera del horror que se cierne sobre Afganistán van repletos.Además de ocupar los asientos laterales, muchos se sientan directamente en el suelode la nave, en filas de cinco, y a veces con los niños sobre el regazo.Cada centímetro cuenta.
Cualquier hueco puede convertise en un espacio para sacar a una persona más del aeropuerto de Kabulm, y ese es el objetivo de España, “sacar al mayor número de personas”
En un tweet difundido por el Ministerio de Defensa, se asegura que "se aprovechan al máximo las capacidades de trasnporte para evacuar al mayor número de personas en el menor tiempo posible".
Poco importa volar sentado en el suelo si de lo que se trata es de salir del infierno en el que se ha convertido Afganistán.
Además es solo el primer tramo del viaje. Los aviones A-400M hacen escala en Dubaiy allí los evacuados son trasladados a un avión comercial que los trae hasta la base de Torrejón de Ardoz en Madrid.
Los aviones A-400 son naves de carga, que también se usan para desplazar a tropas. Tienen lo básico, pero cumplen su función. Sus asientos no son cómodos. Se trata de unas barras situadas en los laterales con unas mallas atadas con cinchas, eso para los que han podido sentarse. El resto en el suelo. El ruido es importante, tanto que suelen dar unos tapones para soportarlo.
Cuentan con un baño básico separado del resto por una cortinilla. Son aviones para trabajar en el terreno de operaciones, pero se han convertido en el vehículo de salvación de cientos de afganos, y esperan seguir haciéndolo hasta el último momento.
El personal del Ala31 del Ejercito del Aire es el que opera estos vuelos. Llevan muchos días sin descanso, pero siguen trabajando. Ya lo dice el lema de su unidad "lo que sea, dónde sea y cuándo sea".