Jamie Spears, padre de la cantante internacional Britney Spears, ha renunciado a la tutela de su hija que ocupaba desde hacía 13 años y con la que llegó a controlar los aspectos más importantes de su vida.
Este año, la artista intentó solicitar su propia custodia que fue denegada y su padre volvió a ganar en un juicio mediático. Britney expuso testimonios muy duros e incluso afirmó que su padre había arruinado su vida. La cantante no se sube a un escenario desde 2018 desde que afirmó que retomaría su carrera cuando su padre no fuera su tutor legal.
No obstante, Britney no recuperará su independencia como persona adulta, sino que en el documento judicial presentado por el abogado de Jamie Spears a la Corte Superior de Los Ángeles, asegura que su función se delegará a otra persona fuera del entorno familiar.
"El señor Spears quiere trabajar con el tribunal y con el nuevo abogado de su hija para preparar una transición ordenada hacia un nuevo tutor", agrega el documento legal.
La renuncia por la tutela llega un mes después de que Britney contratara un nuevo abogado, Mathew Rosengart, que está investigando la gestión por parte del progenitor de los bienes de la cantante que se elevan a 60 millones de dólares, ya que hay algunos pagos injustificados a promotores tras la retirada de Britney de los escenarios.
"Esperamos continuar nuestra concienzuda investigación sobre la conducta del señor Spears y otros durante los últimos 13 años, durante los que él recibió millones de dólares de la herencia de su hija, y espero tomar la declaración jurada del señor Spears en un futuro cercano", ha concluido Rosengart.
La retirada del padre de la tutela es el primer paso para la cantante en una búsqueda de su independencia. En cuanto a los asuntos médicos y personales su tutora es Jody Montgomery, por lo que el mantenimiento de la tutela de su progenitor en la gestión de los bienes carecía de sentido para Britney y su abogado.
El abogado de Jamie Spears añadió en sus declaraciones: "Aunque el señor Spears es el incesante objetivo de ataques injustificados, no cree que una batalla pública con su hija sobre su papel como tutor sea lo mejor para los intereses" de su hija. Estas palabras surgen a causa del movimiento, Free Britney, creado por los fans de la cantante que quieren lo mejor para ella y su carrera musical.
En 2008, Britney perdió su tutela por sus episodios erráticos y su entrada y salida de centros de rehabilitación. Además, perdió la tutela de sus dos hijos y fue un momento muy complicado en la vida de la cantante. Sin embargo, tras 13 años de tutela aseguró en el juicio que no se le permite quitarse el DIU y tener un hijo con su pareja, que es su sueño. Britney, de 39 años, quiere retomar su vida y disfrutar tanto personal como artísticamente.