miércoles. 27.11.2024

El Papa ha advertido del riesgo de anunciar "un mesianismo según los hombres y no según Dios" al tiempo que ha sentenciado que la "cruz no está nunca de moda" en su primer acto multitudinario de su viaje relámpago a Budapest para clausurar el 52 Congreso Eucarístico Internacional.

Francisco ha celebrado una misa en la Plaza de los Héroes, la más grande y representativa de la capital, a la que ha asistido el primer ministro del país, Victor Orban con su familia. El pontífice ha concelebrado la eucaristía con el Patriarca Bartolomé, lo que supuso el cierre del simposio en un nuevo ejemplo de ecumenismo.

"Podemos añadir mucha ceremonia, pero el Señor permanece allí, en la sencillez de un Pan que se deja partir, distribuir y comer. Para salvarnos, se hace siervo; para darnos vida, muere. Nos hace bien dejarnos desconcertar por el anuncio de Jesús", ha señalado el pontífice.

Francisco ha instado a que Jesús "sane" la cerrazón y "abra al compartir" y también aleje "de las rigideces" de encerrarse en uno mismo. En su homilía, pronunciada ante al menos 100.000 fieles que asistieron a la celebración, el Papa recordó que el camino cristiano no es una búsqueda del éxito, es "ir adelante por la vida con su misma confianza, la de ser hijos amados de Dios". El Santo Padre ha reflexionado sobre el sentido de "la imitación de Jesús".

En ese sentido, ha afirmado que "la Eucaristía está ante nosotros para recordarnos quién es Dios". "No lo hace con palabras, sino de forma concreta, mostrándonos a Dios como Pan partido, como Amor crucificado y entregado. Podemos añadir mucha ceremonia, pero el Señor permanece allí, en la sencillez de un Pan que se deja partir, distribuir y comer", ha agregado.

De otro lado ha instado a dedicar tiempo a la adoración para poder emprender el camino en pos de Jesús. "El camino cristiano no es una búsqueda del éxito, sino que comienza con un paso hacia atrás, con un descentramiento liberador, con el quitarse uno del centro de la vida", ha explicado Francisco.

El Papa proseguirá esta tarde su viaje trasladándose a Eslovaquia, donde permanecerá hasta el 15 de septiembre, en su segundo viaje internacional después del parón por la pandemia y su operación en el colon. El Papa impulsará con este viaje el diálogo interreligioso y defenderá a la comunidad gitana eslovaca de Kosice, donde más de 6.500 personas aisladas sufren la discriminación y el racismo.

El Papa: "La cruz nunca está de moda"