El Papa Francisco ha animado a los religiosos y religiosas a ser caritativos, a "no descartar" a las personas, porque en el "examen final" no contarán los títulos sino los gestos de "amor" hacia las personas pobres.
Así lo ha expresado el Pontífice este lunes durante una audiencia con los participantes en los capítulos generales de cuatro congregaciones: Hermanas Misioneras Dominicas de San Sixto, Hermanas de la Compañía del Sagrado Corazón de Jesús, Hermanas de la Presentación de María Santísima en el Templo y Sociedad de las Divinas Vocaciones (padres vocacionistas).
A todos ellos, el Papa les ha propuesto reflexionar sobre tres dimensiones existenciales y apostólicas comunes a sus diferentes realidades: discernimiento, formación y caridad.
Sobre la caridad, el Pontífice les ha avisado de que el "examen final" de la vida cristiana será sobre los gestos de amor hechos hacia los pobres, los que sufren, los descartados.
"En el juicio final, el Señor no nos preguntará: '¿Qué estudiaste? ¿Cuántas carreras tuviste? ¿Cuántos trabajos?'", ha advertido Francisco, al tiempo que ha apuntado "el antídoto eficaz" para "superar la cultura del descarte".
"Por favor, no descartéis a las personas, no seleccionéis a las personas con criterios mundanos: lo importantes que son, cuánto dinero tienen. Estos criterios mundanos: ¡fuera! No descartes, sino recibe, abraza a todos, ama a todos", ha insistido.
Así, les ha animado a tener "constantemente" ante sus ojos "el rostro de los pobres" y a cultivar en sus asambleas "el impulso de la gratuidad y del amor desinteresado".
En cuanto al discernimiento, Francisco ha reconocido que "es un trabajo agotador" porque implica un tiempo "de oración, de meditación, de espera paciente y luego de valentía y sacrificio, para hacer concreto y operativo lo que Dios, sin jamás imponer su voluntad sugiere".
En este sentido, ha asegurado que el mundo tiene hoy en día "una gran necesidad de redescubrir el gusto y la belleza de decidir, especialmente en lo que respecta a las opciones definitivas, que determinan un punto de inflexión decisivo en la vida, como las opciones vocacionales" y necesita "padres y madres que ayuden, especialmente a los jóvenes, a comprender que ser libre no significa permanecer eternamente en una encrucijada, haciendo pequeñas 'escapadas' a diestro y siniestro, sin tomar nunca un camino".
Por otro lado, sobre la formación, el Papa ha precisado que, "en un contexto social y cultural caracterizado por una circulación vertiginosa y continua de información, pero por otra parte dramáticamente pobre en relaciones humanas" urge "educadores que sepan convertirse con amor en compañeros y acompañantes de camino".