La beluga, se quedó atrapada en una zona del río mediante esclusas el pasado jueves, y hoy fue sacada del agua con una red levantada por una grúa, un momento muy estresante para el animal, según la secretaria general de la delegación del gobierno del departamento de Eure, en Normandía, Isabelle Dorliat-Pouzet.
La responsable, que explicó las condiciones del rescate en rueda de prensa, alertó de que se trataba de una operación arriesgada para el animal, que tras ser suspendido en una especie de hamaca tendrá que ser trasladado al mar en un vehículo refrigerado, si los análisis médicos lo permiten.
El animal, acostumbrado a vivir en las frías y saladas aguas canadienses, había entrado en el río, dejado de alimentarse y se encontraba en un estado de salud que preocupaba a las autoridades, veterinarios y activistas, que decidieron adelantar el rescate para evitar que enfermara aún más.
"La beluga ha salido del agua tras largas horas de preparación y esfuerzos. Bravo a los equipos implicados por haber superado este desafío. Se le han realizado los primeros exámenes médicos y se conocerán pronto los resultados", ha indicado la organización Sea Shepherd France esta mañana en su cuenta de Twitter.
El animal, un macho que pese a sus 800 kilos estaba más delgado de lo que corresponde a un cetáceo de estas características, está siendo tratado por los especialistas. Si su estado de salud lo permite, deberá ser trasladado a Ouistreham, en la costa normanda, donde permanecerá tres días en un estanque de agua del mar antes de ser liberado en alta mar y llevado mar adentro, lejos de las costas.
Los especialistas barajan varias opciones para explicar estos fenómenos, como un exceso de contaminación sonora que los desorienta o que se pierden por las modificaciones en las corrientes marinas debido al calentamiento global.