Klaus Korhonen, el diplomático finlandés, y el sueco, Axel Wenhoff, entregaron presencialmente a Stoltenberg, secretario general de la Organización del Atlántico Norte, las solicitudes de sus respectivos países para ser miembros. El secretario ha declarado que esto es "un paso histórico".
La primera ministra sueca Magdalena Andersson, declara que esto "es un mensaje fuerte y una señal de que estamos juntos ante el futuro, ante la amenaza de Rusia". Continúa afirmando que "ingresar en la OTAN refuerza la seguridad de los dos países pero también la de todo el Báltico, contribuyendo a la seguridad del norte de Europa".
Ahora comienza los trámites burocráticos y de negociación por parte de la OTAN, discutiendo términos de la unión con Suecia y Finlandia. Esta es una etapa que no debería dilatarse mucho en el tiempo ya que, ambos países cumplen con todos los criterio establecidos para la adhesión de nuevos miembros. Tras los procesos parlamentarios, la OTAN deberá ratificar lo acordado. Este último paso es el más lento procesalmente, por lo que se espera que sea el que más se demore.
Para el próximo jueves, está previsto que los dos dirigentes, la primera ministra sueca y el presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, viajen a Washington para reunirse con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.
Ahora es el turno de la diplomacia y concesiones a Turquía, que se convierte en el último escollo para que la OTAN alcance los 32 miembros. Esto es porque el país turco se resiste a que Suecia y Finlandia entren a formar parte de dicha alianza.
Turquía ya forma parte de la OTAN, y su presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha descartado firmemente dar su visto bueno y ha pedido a los gobiernos de ambos países que no se tomen la molestia de hacerle cambiar de opinión: "No diremos que 'sí' a quienes imponen sanciones a Turquía".