Jennifer López, no destaca solo por su maravilloso cuerpo trabajado en el gimnasio, sino por su rostro libre de arrugas, manchas o signos de envejecimiento propios de su edad, 51 años.
Sus músculos tonificados, vientre plano y glúteos de acero los mantiene gracias al ejercicio, pero en el rest,o a pesar de lo que puedan pensar muchos, no ha hecho uso del bótox. Aunque no está en contra de esta práctica, considera que aún no la ha necesitado.
Su buen estado físico se debe a una combinación de buena genética y esfuerzo personal. La alimentación y una rutina adecuada de belleza, puede hacer que luzcas como si tuvieras 20 años menos, como es el caso de la cantante.
En 2019 sorprendió a todo el mundo haciendo una cura detox, en la que durante 10 días, dejó de comer hidratos de carbono y azúcar, además eliminó los lácteos, los vegetales con almidón y la fruta.
Una de las sustancias que ella eliminó, el azúcar, puede hacernos envejecer de forma prematura y potenciar la existencia de arrugas en nuestro rostro. El azúcar tiene un efecto devastador en el colágeno y la elastina de la piel, que hace que pierda elasticidad y se vuelva más flácida.
Se trata de una sustancia adictiva, que produce inflamación y que acelera el envejecimiento de la piel a causa de la glicación, una reacción natural en la que se unen un azúcar y una proteína generando moléculas que provocan daños oxidativos, que el cuerpo puede compensar, excepto si se producen en exceso.
El azúcar no solo tiene consecuencias nefastas en nuestra piel, un exceso de glucosa en la sangre también puede producir daños en nuestra salud, causa obesidad, diabetes tipo 2 o incluso cáncer. Por esto, es recomendable moderar su consumo.
Por eso, es conveniente reducir nuestro los azúcares de nuestra dieta, pero no hace falta eliminar la fruta, como hizo Jennifer López durante 10 días, lo que hay que evitar son los productos con azucares añadidos, como los dulces, los procesados, las bebidas azucaradas, las galletas, los cereales refinados y los zumos industriales.
