Emily Raines, enfermera de cuidados intensivos en un hospital de Baltimore, volvía de unas vacaciones en las Bahamas con su novio cuando la azafata le preguntó si había alguien a bordo con formación médica. La azafata dijo por el interfono que un pasajero tenía una urgencia médica, y Raines se ofreció rápidamente.
"Cuando íbamos hacia allí, yo intentaba preparar el terreno: 'Oye, si tenemos que hacer compresiones, necesito que tú las hagas. Yo me encargaré de todo lo demás'", describió Raines los tensos momentos vividos durante la emergencia, discutiendo el plan con su novio, una antigua enfermera que ahora trabaja en finanzas.
Según relató a CBS News, una vez que llegó al asiento del copiloto, él estaba desplomado, de color morado y no respiraba. Juntos realizaron compresiones torácicas, o RCP, durante unos 23 minutos antes de que, a sólo 7 minutos del aterrizaje, su buen hacer reviviera al hombre.
El hombre fue trasladado al hospital en cuanto el avión se detuvo, mientras que Raines fue recibida como una heroína al volver a su asiento más atrás.
"Estábamos entusiasmados porque es increíble tener esa sensación y, después, te quedas en plan 'vaya, lo hemos conseguido, hemos salvado la vida de alguien'", exclama Raines.
Poco después, Raines recibió un mensaje de la esposa de Michael, expresando su profunda gratitud por haber salvado a su marido.
"No tengo palabras para agradeceros lo suficiente que hayáis salvado la vida de Michael. No hay palabras. Si pudiera, me gustaría al menos hacerte unas galletas", decía la mujer.