Sebastián de la Estación, un músico callejero que se gana la vida tocando su guitarra en las calles de Huelva, siempre se ha visto rodeado de gente que se acerca a escuchar su música y a apreciar su talento. Un día un hombre llamado Domiciano Márquez se encontró con una de las actuaciones de Sebastián y de ahí surgió una colaboración de lo más inesperada y sorprendente.
Domi, como le llaman todos, no es de Huelva, pero se encontraba en la capital para hacer un recado. Caminando por las calles de la ciudad escuchó los acordes de Sebastián y no dudó en parar a escucharle. Esperó a que el músico terminase y fue entonces cuando ambos empezaron una conversación.
Mientras hablaban los dos se dieron cuenta de que eran casi vecinos. Domi es de Alosno y Sebastián de Villanueva de las Cruces (dos pueblos a menos de 20 km de distancia) y aún así nunca se habían cruzado, pese a tener amigos y aficiones en común. En un momento de la conversación Sebastián empezó a tocar de nuevo, esta vez acompañado de la voz de Domi, quién arrancó a cantar un fandango de Alosno. Ese momento tan especial empezó a atraer a muchos de los que pasaban por la calle Jesús Nazareno de Huelva.María José Márquez, otra vecina de Alosno que trabaja en la misma calle, reconoció a lo lejos el sonido del fandango de su pueblo y salió rápidamente a la calle para grabar el momento improvisado. Ese instante tan especial emocionó al público, que se había formado en silencio alrededor de los dos hombres.
María José envió el video a su hermana, quien trabaja en Guadalinfo Alonso y ésta compartió la grabación en la página de la institución. Hoy casi un millón de usuarios han reproducido esta escena de amor y orgullo por la música tradicional. Domi ha asegurado nunca usar el móvil, e igual que Sebastián, está perplejo ante el alcance que ha tenido su actuación callejera. El mundo ha conocido un poco más el fandango gracias a este emotivo momento musical improvisado de la mano de estos dos hombres.