viernes. 22.11.2024

Hunter Moore es como cualquier otro adolescente deportista. Le encanta practicar deportes, formó parte del equipo de primera y no le importa publicar algunas fotos de gimnasio en su Instagram.

"Todo es genética, hermano", dice riendo mientras flexiona su bíceps de casi 20 pulgadas. En el caso de Moore, la genética es la parálisis cerebral distónica que sufrió debido a un derrame cerebral cuando era un bebé, dejándolo parcialmente paralizado en el lado izquierdo.

En este caso, la genética es el obstáculo a superar, no la ventaja inmutable que algunos atletas disfrutan. Sin embargo, Moore nació en una familia militar y recibió una educación llena de órdenes para nunca rendirse, para demostrarles a todos que estaban equivocados, y eso llevó a Hunter a pasar la mayor parte de su infancia construyendo un cuerpo capaz de soportar las exigencias del deporte.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Durante 7 años siempre formó parte de los equipos de fútbol de sus escuelas y ahora juega como el long snapper en el equipo de fútbol americano de su escuela secundaria, mientras publica regularmente impresionantes cifras de levantamiento de pesas que incluso una persona no paralizada podría enorgullecerse de presumir.

Aunque no puede usar su brazo izquierdo para levantamientos aislados, aún trata de incorporarlo siempre que sea posible por el bien de la simetría, uno de los criterios de juicio más importantes del culturismo. Bloqueará su brazo izquierdo alrededor de una barra y lo separará de donde normalmente descansa, metido en su axila. De esta manera, puede hacer sentadillas o levantamientos muertos.

Para cuando compitió el verano pasado en la Professional Natural Bodybuilding Association, estaba levantando 120 libras con un brazo y levantando 405 en peso muerto. Obtuvo el primer lugar en su categoría en Dallas, Texas, y compitió nuevamente en noviembre en Las Vegas para ganar el primer lugar en la clase profesional para hombres discapacitados en posición de pie.

En una entrevista, Moore describió posar en el escenario como "una de las cosas más aterradoras que he intentado", pero los silbidos y los aplausos que recibió fueron una recompensa tangible por la cantidad de trabajo duro que la mayoría de las personas, discapacitadas o no, no pueden lograr.

"Me definiré a mí mismo y no permitiré que la parálisis cerebral ni nadie más me defina", le dijo a Joker Magazine, agregando que planea ir a la universidad para estudiar biología marina y también espera dedicarse a la motivación como orador.

Hunter Moore, joven con parálisis cerebral, alcanza la gloria del culturismo