Un nuevo método matemático podría facilitar la determinación de si el cambio climático está provocando episodios de frío o calor extremos en particular.
El método estadístico, desarrollado por físicos de la Universidad de Reading y la Universidad de Uppsala en Suecia, analiza las características, o "huellas dactilares", de un evento meteorológico extremo específico de interés, como una ola de calor, para determinar si se puede atribuir a la variabilidad climática natural del clima o es un producto único del calentamiento global.
El método también permite hacer predicciones sobre la probabilidad de que ocurran eventos climáticos extremos en el futuro.
El profesor Valerio Lucarini, catedrático de Mecánica Estadística y coautor de la investigación publicada en la revista Physical Review Letters, dijo en un comunicado: "El impacto del cambio climático en las colas de la distribución de las variables climáticas puede ser muy grave, ya que la probabilidad de la ocurrencia de eventos extremos como olas de calor puede aumentar dramáticamente y se pueden romper nuevos récords uno tras otro. Necesitamos ahora más que nunca la coordinación internacional para hacer frente a tales extremos.
"Es clave identificar las causas dinámicas de tales eventos extremos porque esto conduce a una mayor capacidad para anticipar la próxima ola de calor y el tamaño del área que afectan. De hecho, los eventos extremos persistentes tienden a afectar regiones más grandes y ahora contamos con métodos que nos permitan comprender la columna vertebral detrás de los eventos individuales y asociarlos, cuando sea posible, a la variabilidad natural del clima.
"El cambio climático puede revelarse como un cambio en la probabilidad de ocurrencia de eventos extremos específicos --lo que fue extremo se convierte en la nueva normalidad-- y como la ocurrencia de eventos nuevos y sin precedentes, que yo llamaría sorpresas climáticas peligrosas".
En el estudio, los dos investigadores simularon el clima de la Tierra sin influencia del cambio climático durante un período de mil años, utilizando datos generados por un modelo de sistema terrestre de última generación, cuyo resultado ha informado el informe actual del IPCC.
Luego compararon todos los eventos extremos que ocurrieron en las simulaciones con eventos de la vida real, para ver si podrían haberse esperado como parte de la desviación natural del clima o fueron inesperados y, por lo tanto, pueden haber sido causados por el cambio climático.
El método se probó en dos eventos reales en 2010: una ola de calor de verano de un mes en Rusia donde las temperaturas subieron hasta 11 ° C por encima del promedio, y una ola de frío en Mongolia que trajo fuertes nevadas y temperaturas de -50 ° C en enero.
Descubrieron que ambos eventos podrían haberse esperado como parte de la desviación natural del clima, pero que el cambio climático probablemente hará que las futuras olas de calor en estas regiones sean más extremas.