Rosie Higgs, una mujer de 29 años que vive en Londres, dio a luz a su hijo, Henry, después de ver en una radiografía que el feto sufría unas malformaciones severas, pues le faltaban las dos piernas y un brazo. Ahora se siente orgullosa de su decisión de tener al bebé a pesar de su difícil situación y dice que su hijo es "perfecto".
Vio la radiografía, veinte semanas después de saber que estaba embarazada, y supo que debía seguir adelante, decisión de la que no se arrepiente. El problema vino durante la gestación porque el feto se había "enredado" en el útero y perdió el brazo y las piernas.
A pesar de la situación tan complicada y sabiendo todas las limitaciones que tendrá que afrontar su hijo a lo largo de su vida, Higgs está contenta y dispuesta a que su pequeño tenga una vida plena. Tal y como comparten algunos medios británicos, Rosie Higgs afirma que esta es la "mejor decisión" que podría haber tomado.
Su familia lo tenía menos claro, pero ella, que también es madre de otros tres hijos, no se lo pensó. El padre de Henry también estuvo de su lado y se mantuvieron firmes en su decisión. A pesar de las malformaciones, el pequeño nació por cesárea sin ninguna complicación y ha pesado 3 kilos 700.
Con este gesto de amor, tanto Rosie como su marido Peter, han demostrado que no hay problema en que tu hijo sea diferente y que lo bonito es permanecer juntos ante las adversidades "pase lo que pase".
