Tras lo que pareció una eternidad en el hospital para Kai Xue, de 13 años, y su madre Ning Chen, durante la cual viajaron por todo el Reino Unido y China en busca de ayuda, finalmente fueron remitidas al Hospital Universitario Royal Stoke, en Stoke-on-Trent (Inglaterra).
"Kai nació con un sistema linfático anormal y tenía el brazo izquierdo muy hinchado", explica Ning Chen a Stoke-on-Trent Live. "Durante toda su infancia estuvimos bajo el cuidado de varios hospitales diferentes para intentar averiguar cuál era el problema, pero nadie sabía la causa".
La causa era un agujero realmente diminuto en su hígado que provocaba la filtración de líquido linfático a su abdomen, ejerciendo una presión indebida sobre sus órganos internos y causando hinchazón allí y en otras partes del cuerpo.
El médico que atendió a Xue en Royal Stoke fue la Dra. Mona Mossad, experta en intervenciones linfáticas reconocida a nivel nacional, cuya primera intervención fue dilatar el conducto torácico de Kai para mejorar el drenaje linfático, algo que nunca se había hecho en un niño.
Tras no conseguir mejorar el estado de Xue, el Dr. Mossad trató de identificar el origen de la fuga en el sistema linfático y descubrió que procedía de un orificio de una décima de milímetro en su hígado.
Situado en el lóbulo izquierdo, el equipo quirúrgico del Dr. Mossad se puso manos a la obra para reparar el orificio utilizando un conjunto de diminutas agujas especializadas rellenas de adhesivo quirúrgico. Durante la operación, se vieron obligados a drenar la asombrosa cantidad de 7 galones de líquido linfático de un pequeño de 13 años.
Tras cinco semanas de recuperación, Kai Xue recibió el alta médica.
"Estamos muy contentos por Kai, que es el primer niño del mundo que se somete a este tratamiento", declaró la Dra. Yvonne Slater, gastroenteróloga pediátrica que formó parte del equipo que atendió a Xue.