Durante esta época del año el clima se vuelve muy cambiante. Los días de clima muy soleado y los de gran frío y lluvia se alternan constantemente, con la correspondiente fluctuación de temperatura. Estos cambios bruscos son culpables de gran parte de los refriados, catarros y gripes que sufren las personas.
Para prevenir estas enfermedades estacionales lo fundamental es reforzar el sistema inmunitario y la forma más sencilla de hacerlo es a través de la alimentación. “Con pequeñas variaciones en los ingredientes de nuestra dieta habitual, se puede mejorar sustancialmente el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario”, explica Isabel Sánchez, nutricionista de bluaU de Sanitas, que ha elaborado un listado con los alimentos que nunca deben faltar en el plato para tener un sistema inmunitario fuerte:
Frutas. Arándanos, kiwi, papaya y sandía son cuatro frutas que combinan un altísimo aporte de vitaminas C, K y D, además de antioxidantes y potasio, fundamentales para combatir las infecciones.
Pescados azules. Los ácidos grasos Omega-3, propios de pescados como el salmón, el atún o la caballa, son muy beneficiosos por su poder antiinflamatorio. Además, también se puede consumir marisco por su alto contenido en zinc: mejillones, ostras o cangrejo, entre otros.
Frutos secos. Si queremos realizar un pequeño picoteo entre horas, conviene asegurarse de que sirva para conseguir un aporte nutricional útil, como son las almendras, pistachos o nueces, que aportan vitamina E, son saciantes y ayudan a mejorar la salud cardiovascular.
Hortalizas. Uno de los mayores aliados del sistema inmunitario es el pimiento rojo, que es una de las verduras más ricas en vitamina C, doblando en muchos casos a otros alimentos. Gracias a su versatilidad, se puede añadir a una gran variedad de platos. De igual forma, son interesantes vegetales como el brócoli, espinacas o champiñones, que también ofrecen una gran versatilidad para acompañar a carnes, arroces o pescados.
Yogur kéfir. Se trata de un tipo de fermentado de la leche que conserva muchas bacterias que convierten la lactosa en ácido láctico, y que actúan a modo de escudo protector para el sistema inmunitario y estimula la creación de defensas naturales. Se debe consumir sin aromas o azúcares añadidos, y para complementarlo, se le puede añadir germen de trigo o algunas de las frutas mencionadas anteriormente.
Aumentando la presencia de estos alimentos en la dieta, que tienen cabida en muchísimas recetas, el sistema inmunitario se verá muy reforzado y se reducirán notablemente las posibilidades de padecer alguna de las enfermedades propias de estas fechas, como resfriados, catarros o gripe.