El Camp Nou vibró anoche con su nuevo ídolo goleador que va a dar probablemente muchas alegrías a este Barcelona, Robert Lewandoski. El polaco es un goleador nato y no quiso perderse el paseo culé ante un Valladolid sin alma, que pareció no haber hecho acto de presencia sobre el césped del templo blaugrana.
Un partido donde el Barcelona se reencontró con la mejor versión de sí mismo, encontrando los espacios a las espaldas, consiguiendo centros laterales con sentido, dominio total de la posesión del balón, en lo que pareció más un partido de pretemporada para los de Xavi, debido a la diferencia de niveles.
Desde el comienzo del partido, el asedio culé a la portería de Masip se hacía notable, teniendo el Barcelona dos claras ocasiones de gol, una de Lewandowski y otra de Dembelé, siendo el palo en ambas el único impedimento para que en menos de 10 minutos el partido fuese ya 2-0. El delantero polaco se redimió de su mal primer partido y demostró para que había venido al equipo de Xavi. En un gran centro por banda derecha, ante la dormida defensa vallisoletana, el polaco metió el pie en el segundo palo, rematando con la planta del mismo, al más puro estilo killer, para abrir la lata.
El primer gol dio paso al festival, pues el Valladolid no tenía apenas el balón en sus pies, siendo Masip, el jugador que más veces tocaba el balón, y estas solo eran para dar un pelotazo en largo que el Barcelona recuperaba rápidamente. El segundo gol no tardaría en llegar, en una gran jugada combinativa, el canario Pedri dispararía con calidad desde el borde del área batiendo a Masip, que pasaría una dura noche, a pesar de ser el mejor de su equipo.
El descanso no sirvió al Valladolid para despertar, ya que perdía el balón muy rápido y sufría mucho en cada acción ofensiva del Barça. El tercero sería el gol de la jornada probablemente. Un buen pase para Lewandowski hizo al polaco sacar el recurso del taconazo que, cruzando el balón, entraría por el palo largo de Masip, levantando la ovación del Camp Nou que coreaba el nombre de su nuevo ídolo.
Para finalizar la goleada, el ya veterano Sergi Roberto entraría en el campo para dirigir una contra con el Valladolid dándose por vencido. El pase de la muerte llegaría a Lewandowski, el cual no pudo conseguir el Hat Trick debido a la gran parada de Masip y la colaboración del larguero. El rebote cayó por fortuna en las botas de Sergi Roberto que culminó así una gran actuación de la apisonadora culé, cercando más el número de equipos luchando por este temprano liderato de la liga.