¿Para qué nos caemos? Para aprender a levantarnos. España ha llevado este sábado a una nueva dimensión su fútbol femenino al colocar por primera vez a la Selección en los cuartos de final de una Copa del Mundo.
La misma semana que comenzaba con una abultada derrota frente a Japón concluye consumando un hito histórico por el que el combinado nacional llevaba décadas luchando.
Una abarrotado estadio Eden Park de Auckland ha sido testigo de una gesta conseguida gracias al fútbol apabullante desplegado por un grupo de jugadoras con tanta ambición como consentimiento.
De inicio, el seleccionador Jorge Vilda le daba una vuelta al último once, introduciendo hasta cinco cambios pero sin variar ni sistema ni espíritu dominador de un plantel que salía a buscar el encuentro desde el silbatazo inicial.
Amparadas en el dominio de la pelota, con una circulación fluida y las llegadas constantes desde bandas, las ocasiones se comenzaban pronto a suceder hasta que a los cinco minutos una magistral Aitana Bonmatí, nombrada mejor jugadora del partido, ejecutaba desde la frontal el primer gol tras un remate al poste de la incisiva Alba Redondo.
Poco después, nuevo contratiempo en forma de autogol de Laia Codina rápidamente contrarrestado con un cabezazo de Alba Redondo y otra acción antológica de Aitana Bonmatí dentro del área, que ponía distancia para España en el electrónico.
La guardameta helvética se multiplicaba, pero el ciclón de juego proseguía hasta el mismo descanso, cuando la gerundense Laia Codina se reivindicaba en su debut mundialista con un nuevo tanto rebosante de raza y arrojo.
Así llegábamos al descanso con Suiza intentando reaccionar tras la reanudación en un triple cambio que no cambiaría sustancialmente la tónica del encuentro.
Jorge Vilda por su parte movía también el banquillo demostrando nuevamente que en esta España todas las convocadas son parte importante de un éxito memorable culminado con otra diana de Jennifer Hermoso que prolonga así en Auckland su leyenda mundialista.
Incontestable 1-5 final y ahora Países Bajos o Sudáfrica esperan en los cuartos de final del próximo viernes en Wellington, donde esta Selección, ya histórica, aspira a convertirse en eterna.