El penalti de Gudelj dejó al Sevilla fuera de la Supercopa de Europa cuya victoria parecía suya hasta que finalmente la suerte quedó en manos de los ingleses, que se proclamaron como ganadores de la Supercopa por primera vez en la historia del club.
El Sevilla inició el partido con una fuerte presión sobre su rival que tuvo un gran efecto ya que consiguió asfixiar a los ingleses en varias ocasiones pero sin resultado claro que le diese una cierta ventaja sobre ellos. Sin embargo, no tardó en llegar la respuesta del City cuando ya avisaba de su peligro en el tiro a puerta, con dos grandes remates, uno de Aké en el minuto 8 y el segundo de Grealish ocho minutos después.
Aunque parecía que no, el gol del Sevilla llegó en el minuto 26, un tiro del marroquí En-Nesyri que no permitió tiempo de reacción al portero del Manchester. A pesar de los esfuerzos de los de Mendilibar por evitar el empate, llegó justo antes del descanso. El partido dio un gripo de 180º como era de esperar y es que los sevillanos no tenían casi fuerza al comienzo de la segunda parte debido a toda la energía empleada para los primeros minutos del partido.
Aun así, tras una charla técnica con todo el equipo, el Sevilla le volvió a dedicar al Manchester una gran lista de tiros a portería que parecieron asustar a los ingleses incapaces de salir de su posición. Pero como ya habíamos adelantado e igual de inesperado que el gol del Sevilla, el remate del centrocampista del City animó el partido.
Como ya pudimos ver en los goles de ambos equipos, los porteros casi no tuvieron oportunidad ni de reaccionar a los remates. Por lo que, cuando llegó el momento de los penaltis, se podía palpar la tensión. Todo se mantuvo igual hasta el quinto remate en el que Bono no supo frenar del todo la bola y Gudelj terminó de cerrar el partido fallando el último penalti del Sevilla.