Ya se van conociendo algunas de las consecuencias que ha provocado la toma de la antigua planta nuclear de Chernóbil por parte de las tropas rusas. Alrededor de 300 soldados rusos han tenido que ser evacuados contaminados por la radiación, según ha comunicado el miembro del Consejo de Estado ucraniano, Yaroslva Yemelyanenko. Además, el político ucraniano ha señalado que los militares han sido trasladados en autobuses al Centro de Medicina Radiológica en Gomel, localidad de Bielorrusia.
“Otro grupo de terroristas rusos que capturaron la zona de Chernóbil se han contaminado con la radiación y fueron trasladados hoy al centro bielorruso de medicina radiación en Gomel. ¿Cavando las trincheras en el Bosque Rojo? Ahora vive el resto de tu corta vida con esto” fueron las palabras con las que el consejero informaba de la situación.
Además, hizo hincapié que esto ocurre porque es un lugar peligroso al que ir preparado. “Hay reglas para manejar este territorio. Son obligatorias de realizar porque la radiación es física - funciona sin importar su estado o persecuciones. Si tienes mínima inteligencia al mando o soldados, estas consecuencias podrían haberse evitado” concluye.
Por otro lado, la promesa de Rusia para disminuir la ofensiva en Ucrania no es muy creíble. De hecho, Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, considera que “no es una retirada”. A pesar de que ha retirado tropas de algunas ciudades, según ha informado Zelenski, se están agrupando tropas rusas en la zona cercana a Donbás para un posible ataque. “No creemos en nadie, en ninguna hermosa construcción verbal” manifestaba. No obstante, asegura que no van a regalar su tierra a nadie y que lucharan por ella.
En el bando opuesto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se siente traicionado por sus asesores. Y así debe de ser, ya que en los últimos días han varios altos cargos del gobierno ruso los que han decidido abandonar sus puestos e irse de Moscú.
“Tenemos información de que Putin se ha sentido engañado por las Fuerzas Armadas rusas, lo que ha resultado en una tensión persistente entre Putin y su liderazgo militar” comentaba Kate Bedingfield, directora de comunicaciones de la Casa Blanca.
