Bobi es un Rafeiro do Alentejo, de raza pura, una raza que tiene una esperanza de vida promedio de 12 a 14 años.
El anterior récord Guinness por el perro más viejo fue el Bluey de Australia, que murió en 1939 a la edad de 29 años y cinco meses. El 1 de febrero, Bobi tenía 30 años y 226 días y se encuentra bien para su edad.
Su longevidad ha sido validada por la base de datos de mascotas del gobierno portugués, que es administrada por la Unión Nacional de Veterinarios, según Guinness World Records. Ha vivido toda su vida con la familia Costa en el municipio de Conqueiros, cerca de la costa oeste de Portugal, tras haber nacido fruto de una camada de tres hermanos.
Aparte de un susto en 2018, cuando fue hospitalizado en una clínica veterinaria tras colapsar repentinamente por una dificultad respiratoria, el señor Costa afirma que Bobi ha disfrutado de una vida relativamente libre de problemas y cree que el secreto de su longevidad es el "ambiente tranquilo y pacífico" en el que vive.
También puede estar en la sangre: la madre de Bobi vivió hasta los 18 años. Sin embargo, el tiempo ha pasado factura a Bobi, que ahora tiene problemas para caminar y la vista le ha empeorado.
Costa resuelve que Bobi es "el último de una larga generación de animales" en la familia Costa y lo describe como "único en su clase".
La coronación de Bobi como el perro más viejo se produce tan solo dos semanas después de que Guinness World Records nombrara a otro perro, Spike the Chihuahua, como el perro vivo más viejo, a los 23 años.
Desde entonces, Guinness actualizó sus registros y anunció a Bobi como el perro más longevo de la actualidad y de la historia.
