Un ser humano puede estar hasta tres días sin agua y sin alimentos. Esto es lo que han asegurado los expertos en desastres y emergencias, toda posibilidad de ir más allá se considera casi un milagro. Desde que sucediera el terremoto en Turquí y Siria, han pasado 50 horas, y la mayor lección de vida la están dando los más pequeños, demostrando ser capaces de resistir mejor que cualquier adulto ante situaciones límites.
Un niño ha protagonizado una de las imágenes más tiernas de este desastre. Tras pasar cincuenta horas bajo los escombros, y ser rescatado, el niño deslumbró con una sonrisa al ver el cariño de todos los que estaban a su alrededor, sin saber exactamente que acaba de salir de un infierno.
Esta imagen no ha sido la único vivida durante estos días. Otro niño regaló una sonrisa tras beber agua de un tapón de botella. Los más pequeños se han convertido en una metáfora de la condición humana.
