El conflicto diplomático entre España y Marruecos ha derivado una gran crisis migratoria. Esto comenzó desde que el pasado 18 de abril ingresara en el hospital San Pedro de Logroño el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y jefe del Frente Polisario saharaui, Brahim Ghali.
El líder para llegar a España falsificó hasta en dos ocasiones su identidad, cambiándose el nombre. También empleó datos personas falsos para obtener el informe médico del centro hospitalario de Argel desde el que fue trasladado a España. Ghali llegó en mal estado de salud tras contraer el coronavirus. El caso de Ghali ya está denunciado en varias ocasiones y ha quedado en manos de la Audiencia Nacional.
En este caso, el Ejecutivo de Sánchez aduce brumosos «motivos de seguridad», pero probablemente haya primado el deseo de evitar un contencioso con Marruecos. Quizá la voluntad de extrema discreción haya facilitado la elección de Logroño como inopinado destino sanitario. Buscaron una ciudad pequeña, periférica, apartada de los focos políticos y mediáticos, pero con un hospital solvente, que pudiera brindar un tratamiento adecuado a una persona con un complicado historial clínico.
Esta atención médica que está recibiendo el jefe del Frente Polisario Saharaui ha sido el motivo por el cual Marruecos decidió franquear el paso a miles de ciudadanos a territorio Español. Los inmigrantes colapsaron a principios de esta semana la playa de El Tarajal, en Ceuta, a donde tuvo que desplazarse el Ejército.
Según los datos que ha hecho público el Ministerio de Interior, 8.000 personas cruzaron las fronteras con Ceuta de forma ilegal. La mayoría de ellos ya han sido enviados de vuelta a su país, aunque en España continúan 1.500 menores de edad que no pueden ser devueltos 'en caliente'.
Tras el caos provocado en la frontera, España ha concedido a Marruecos una cantidad de 30 millones de euros para controlar y combatir la inmigración ilegal. Además, la Audiencia Nacional decidió reabrir la causa contra Ghali por genocidio, asesinato, terrorismo y otros delitos.