El marco acordado ha revisado los requisitos de las evaluaciones de impacto ambiental para la extracción de recursos naturales y ha establecido una norma universal para el procedimiento de realización de las mismas y la comunicación de los resultados.
Además, el tratado otorgaría a sus partes el derecho a establecer zonas de conservación y áreas protegidas en aguas internacionales, donde normalmente ningún país podría aplicar la ley. Los principales esfuerzos fueron llevados a cabo por la UE, el Reino Unido, EE.UU. y China, y se aceleraron rápidamente desde la cumbre COP15 celebrada en Montreal el año pasado. Sin embargo, los debates sobre las adiciones a la Convención sobre el Derecho del Mar llevan en marcha desde 2004, informa New Scientist.
Hace dos años, en una de las cumbres de las partes del Acuerdo de París sobre el clima, se avanzó el concepto de proteger el 30% de la tierra y los océanos de la Tierra con fines de conservación, y muchos conservacionistas ven en este nuevo tratado la mejor esperanza para alcanzar ese hito. GNN ha informado sobre los hallazgos de que cuando se preserva la totalidad de un ecosistema marino, las industrias pesqueras se benefician incluso si una temporada sólo dura un corto período, Entre las esperanzas de los firmantes estará que la disminución de las tasas de captura de peces preciados como el atún pueda revertirse permanentemente.
En cuanto a las firmas, como ocurre con todos los tratados de la ONU, sólo son legalmente aplicables si una nación se convierte en parte legal de los mismos. Una vez que 60 partes ratifican cualquier tratado de la ONU, se considera derecho internacional y entra en vigor. Una de las tareas pendientes será decidir cómo se establecerán y gestionarán las zonas marinas protegidas en aguas internacionales y cómo se aplicarán las medidas de protección.
Como se vio cuando EE.UU., Francia, Reino Unido, Rusia, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel no ratificaron la prohibición de las armas nucleares de la ONU, adoptada por más de 140 países en el año 2020, o como la falta de voluntad de varias naciones para aplicar el Estatuto de Roma por el que se creó la Corte Penal Internacional, la ONU tiene poco poder para obligar al cumplimiento a las naciones que no adopten el tratado en su propia legislación.
"El tratado establece amplios compromisos para proteger el 30% de la alta mar. Queda por decidir qué partes se protegerán y con qué rigor", declaró a New Scientist la bióloga marina Helen Scales. "Mi esperanza es que el tratado aplique una protección significativa, es decir, que salvaguarde estrictamente las zonas de todas las fuentes potenciales de daño".