Este niño francés de tan solo 11 años ha estado viviendo dos años solo en el piso cuando su madre decidió irse y no saber nada más de él. Se alimentaba de comida fría que robaba o que sus propios vecinos de las viviendas sociales le proporcionaban.
Se duchaba con agua fría y vivía sin calefacción, arropado entre edredones y muchas mantas. Estuvo dos años así ya que ni en la escuela ni los servicios sociales detectaron nada porque el niño es muy buen estudiante y cumplía con sus obligaciones.
Tras el aviso de sus vecinos, la policía comenzó a investigar y descubrieron que su madre vivía a 5 kilómetros de su hijo con su actual pareja. Además, después de haber detenido a su madre, el menor declaraba que no quería volver a verla.