jueves. 28.11.2024

El Papa ha afirmado que "solo una Iglesia libre es una Iglesia creíble", al tiempo que ha pedido a los fieles que se libren "de las hipocresías", de tener "vínculos ambiguos con el poder" y del "miedo a ser incomprendidos y atacados".

"Solo una Iglesia libre es una Iglesia creíble", ha afirmado en la misa que ha celebrado en la basílica de San Pedro del Vaticano por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, patronos de Roma. A la eucaristía han asistido varias decenas de personas incluido el cuerpo diplomático acreditado en el Vaticano. Ha sido una de las celebraciones más multitudinarias desde que comenzó la pandemia por el Covid-19.

Como es tradición, en la ceremonia ha participado también la delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, del mismo modo que en la fiesta de San Andrés, patrono de la Sede de Constantinopla, acude a Estambul una delegación de la Santa Sede.

El Papa ha asegurado que su presencia "es un precioso signo de unidad en el camino de liberación de las distancias que dividen escandalosamente a los creyentes en Cristo".

Antes de dar comienzo a la misa, el Pontífice ha bendecido los palios destinados a los Arzobispos Metropolitanos nombrados en el transcurso del año y que les serán impuestos en sus respectivas Sedes por parte del representante pontificio.

El Papa ha definido San Pedro y a San Pablo como "columnas de la Iglesia" y ha dedicado parte de su homilía a la vida de los apóstoles.
De Pedro ha señalado que "a pesar de ser fuerte e impetuoso, a menudo se dejó llevar por el miedo. Si bien era un apasionado discípulo del Señor, siguió razonando según el mundo, sin ser capaz de entender y aceptar el significado de la cruz de Cristo".

De este modo, ha añadido, "lo liberó del miedo, de los cálculos basados únicamente en las seguridades humanas, de las preocupaciones mundanas, infundiéndole el valor de arriesgarlo todo y la alegría de sentirse pescador de hombres. Y lo llamó precisamente a él para que confirmara a sus hermanos en la fe".

De Pablo, el Pontífice ha destacado que fue liberado por Jesús "del celo religioso que lo había hecho encarnizado defensor de las tradiciones que había recibido y violento perseguidor de los cristianos". Así, ha manifestado: "La observancia formal de la religión y la defensa a capa y espada de la tradición, en lugar de abrirlo al amor de Dios y de sus hermanos, lo volvieron rígido. Dios lo libró de esto".

El Papa ha instado a la Iglesia a mirar a estos "dos gigantes de la fe y ve a dos Apóstoles que liberaron la fuerza del Evangelio en el mundo, sólo porque antes fueron liberados por su encuentro con Cristo". Y ha agregado: "Él no los juzgó, no los humilló, sino que compartió su vida con afecto y cercanía, apoyándolos con su propia oración y a veces reprendiéndolos para moverlos a que cambiaran".

Por ello, ha invitado a los fieles a liberarse "de la sensación de derrota" y no quedarse "encerrados" en las seguridades. Así, ha instado a imitar a Pablo y "ser libres de las hipocresías de la exterioridad, a ser libres de la tentación de imponernos con la fuerza del mundo en lugar de hacerlo con la debilidad que da cabida a Dios, libres de una observancia religiosa que nos vuelve rígidos e inflexibles, libres de vínculos ambiguos con el poder y del miedo a ser incomprendidos y atacados".

El Papa afirma que "solo una Iglesia libre es una Iglesia creíble"