El Papa ha pedido a la comunidad internacional "esfuerzos" para poner fin "a todos los conflictos que ensangrientan al mundo" al tiempo que ha instado a "superar los conflictos y las divisiones" tras la bendición 'Urbi et Orbi', a la ciudad y al mundo, que el pontífice imparte dos veces al año al final de la Semana Santa y en Navidad.
"Abre los corazones de toda la comunidad internacional para que se esfuerce por poner fin a esta guerra y a todos los conflictos que ensangrientan al mundo. Apresurémonos a superar los conflictos y las divisiones, y a abrir nuestros corazones a quien más lo necesita. Apresurémonos a recorrer senderos de paz y de fraternidad", ha manifestado Francisco asomado al balcón de la logia central de la basílica de San Pedro ante unos 100.000 fieles.
El Papa ha aprovechado -como es habitual- la bendición apostólica para enumerar los conflictos abiertos en el mundo comenzando por la guerra en Ucrania: "Ayuda al amado pueblo ucraniano en el camino hacia la paz e infunde la luz pascual sobre el pueblo ruso. Conforta a los heridos y a cuantos han perdido a sus seres queridos a causa de la guerra, y haz que los prisioneros puedan volver sanos y salvos con sus familias".
Así ha recordado la situación bélica en Siria "que aún espera la paz" y ha instado a sostener "a cuantos han sido afectados por el violento terremoto en Turquía" y en este país, así como a los que "han perdido familiares y amigos, y se quedaron sin casa". El pontífice ha mostrado su preocupación por la situación en Tierra Santa "por los ataques de estos últimos días, que amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco" y ha pedido que las partes retomen "el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región". También se ha acordado del Líbano que todavía está en "busca de estabilidad y unidad, para que supere las divisiones y todos los ciudadanos trabajen juntos por el bien común del país". "No te olvides del querido pueblo de Túnez, en particular de los jóvenes y de aquellos que sufren a causa de los problemas sociales y económicos, para que no pierdan la esperanza y colaboren en la construcción de un futuro de paz y fraternidad", ha reclamado.
El Papa se ha referido a Haití "que está sufriendo desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria, y sostiene el esfuerzo de los actores políticos y de la comunidad internacional en la búsqueda de una solución definitiva a los numerosos problemas que afligen a esa población tan atribulada". Asimismo, ha instado a consolidar "los procesos de paz y reconciliación emprendidos en Etiopía y en Sudán del Sur" y ha pedido que cesen "la violencia en la República Democrática del Congo".
De otro lado, también se ha acordado de la situación de los cristianos en Nicaragua, donde el gobierno ha prohibido a la Iglesia católica que celebre las procesiones del Vía Crucis durante la Semana Santa: "Sostiene, Señor, a las comunidades cristianas que hoy celebran la Pascua en circunstancias particulares, como en Nicaragua y en Eritrea, y acuérdate de todos aquellos a quienes se les impide profesar libre y públicamente su fe". Del mismo modo, ha pedido consuelo para "las víctimas del terrorismo internacional, especialmente en Burkina Faso, Malí, Mozambique y Nigeria" y ha reclamado a Myanmar que recorra "caminos de paz" y que se iluminen "los corazones de los responsables para que los martirizados Rohinyá encuentren justicia".
"Conforta a los refugiados, a los deportados, a los prisioneros políticos y a los migrantes, especialmente a los más vulnerables, así como a todos aquellos que sufren a causa del hambre, la pobreza y los nefastos efectos del narcotráfico, la trata de personas y toda forma de esclavitud", ha manifestado. Finalmente ha pedido a los responsables de las naciones que "ningún hombre o mujer sea discriminado y pisoteado en su dignidad; para que en el pleno respeto de los derechos humanos y de la democracia se sanen esas heridas sociales, se busque siempre y solamente el bien común de los ciudadanos, se garantice la seguridad y las condiciones necesarias para el diálogo y la convivencia pacífica".
El Papa presidió este domingo de Pascua la misa que conmemora la Resurrección del Señor. La eucaristía comenzó como es habitual con el tradicional rito del "Resurrexit" en el que dos diáconos abrieron un antiguo icono que representa a Cristo y el Santo Padre rezó ante él. A continuación, el Papa Francisco realizó el rito de aspersión con agua bendita a los fieles.
Después de las lecturas se cantó la secuencia de Pascua y la proclamación del Evangelio que se cantó primero en latín y después en griego. El Papa Francisco no pronunció ninguna homilía y permaneció en silencio orando ya que después dirigió su mensaje de Pascua. Antes de la bendición apostólica del Urbi et Orbi, el pontífice ha recorrido la plaza de San Pedro en el papamóvil para saludar a los fieles que estaban reunidos allí.