El vicario apostólico de anatolia y presidente de Caritas en Turquía, obispo Paolo Bizzeti, ha detallado la "dramática" situación en las zonas afectadas por el terremoto de magnitud 7,4 en la escala abierta de Richter en la provincia turca de Kahramanmaras, que ha dejado más de 5.000 muertos y decenas de miles de heridos en Turquía y Siria, según los últimos balances oficiales
"La situación es dramática. Hace falta de todo. No hay agua potable, ni electricidad y las vías de comunicación están cortadas", ha señalado Bizzeti en un comunicado enviado por Caritas en el que da cuenta que hay zonas de imposible acceso por la falta de infraestructuras viables para el tráfico.
El balance de la catástrofe en el sudeste de Turquía y el norte de Siria es cada vez más dramático y las necesidades humanitarias "son enormes", ha manifestado el obispo 24 horas después del terremoto.
Según ha informado Caritas Turquía, algunas de las oficinas locales de esta organización católica han sido afectadas por el terremoto, lo que está complicando las operaciones de ayuda. "En toda la zona afectada por el terremoto, las condiciones meteorológicas, con nieve y temperaturas bajo cero, están complicando las labores de socorro, exacerbando el sufrimiento y el miedo de la población y haciendo temer por la seguridad de los numerosos desplazados", ha advertido Bizzetti en el comunicado.
En estos momentos Cáritas Turquía está, en coordinación con las autoridades locales, alojando a los desplazados que han perdido su casa en lugares seguros al aire libre. Además, ha distribuido mantas y comidas calientes para los desplazados de la ciudad turca de Iskenderun. Esta localidad, situada en la provincia de Hatay y bañada por el Mediterráneo, se encuentra a más de 200km del epicentro donde se produjo la madrugada del lunes el primer terremoto, de 7,8 grados en la escala de Richter, que tuvo lugar en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras (Turquía).
Se han habilitado espacios al aire libre en el episcopado, que por el momento siguen siendo los más seguros.
Por otro lado, en Siria, el otro país afectado, la organización de Cáritas ya estaba presente sobre el terreno antes del terremoto, con programas humanitarios, sanitarios y de rehabilitación económica. Se trata de una zona especialmente compleja, que ya acogía a muchos desplazados de una guerra que dura más de doce años y sigue teniendo focos activos de conflicto.
La asistencia a los numerosos desplazados y heridos es ahora el principal reto. "Lo que se necesita en primer lugar es atención médica para los heridos, alojamiento de emergencia, alimentos, agua potable y artículos de primera necesidad", ha afirmado el director de Cáritas Siria, Riad Sargi.
Todo el personal ha sido activado y está evaluando la situación para supervisar las necesidades y organizar los primeros auxilios en las ciudades de Alepo, Lattakia, Hama y Tartous.