La reforma de las pensiones es uno de los proyectos legislativos estrella del presidente, Emmanuel Macron, que siempre ha descartado tocar los aspectos más polémicos del texto alegando que es una ley "necesaria" que acerca a Francia al marco regulador de otros países europeos.
Francia vivió el jueves la duodécima jornada de protestas y huelgas contra esta reforma, en la que cientos de miles de personas volvieron a salir a las calles de las principales ciudades. Las movilizaciones se remontan a enero y los sindicatos ya han advertido de que seguirán con ellas si no hay cambios en algunos de los pilares de la ley, como por ejemplo el aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años.
El Elíseo ha convocado a los sindicatos para el próximo martes, para una reunión con Macron que quieren celebrar independientemente de la decisión adoptada por el Consejo Constitucional. Ya hubo un primer encuentro con la primera ministra, Elisabeth Borne, que concluyó sin avances.