Dos hermanas, una llamada Tatiana (25 años) y Angélica (24 años), se separaron y se han vuelto a reencontrar después de 20 años. Habían nacido en Ucrania de la misma madre, pero con diferente padre y se reencontraron en España. Tatiana, que vive en Girona, recibía hace cinco días a su hermana Angélica, que ha venido desde Ucrania como refugiada de guerra.
Desde recién nacidas estuvieron marcadas por una madre ausente. Los primeros años de vida estuvieron solas en una casa de Nueva Odesa. Nadie cuidaba de ellas, lo único que tenían eran la una a la otra. Al morir su madre y su abuela, Angélica decidió quedarse en Ucrania con unos tíos paternos que la acogieron y Tatiana desembocó a un internado de niños huérfanos, con la suerte de que le adoptaron una familia catalana a los ocho años.
Una vez en España, Tatiana olvidó por completo el idioma ucraniano para olvidarlo todo. "Quise olvidar lo que había vivido en Ucrania", reconoce. Intentó contactar con su hermana por Internet durante muchos años, pero no lo consiguió. Fue, finalmente, Angélica la que encontró a Tatiana a través de Facebook. "Me mandó un mensaje diciéndome que buscaba a su hermana de Ucrania y me preguntaba si era yo", cuenta Tatiana.
Desde este momento las dos hermanas comenzaron una relación gracias al traductor de google, porque no sabían sus respectivas lenguas. Una vez que se vieron la cara por videollamada no pudieron dejar de llorar. De esta manera entablaron una relación de hermanas a distancia.
De este modo llegamos la ocupación de Rusia a Ucrania. Tatiana le advirtió a Angélica de la catástrofe que estaba por llegar. "Cuando empecé a oír lo que estaba pasando en Ucrania, le dije: 'Prepárate porque no sabemos lo que puede ocurrir", recuerda.
Los días se volvieron cada vez más angustiosos. Angélica le relataba a Tatiana el desastre de las bombas y el miedo por las sirenas. "Le dije que se podía venir a España, pero al principio se negó por miedo y por lo complicado que era llegar hasta Polonia. Al final, con la ayuda de mi madre, la hemos podido traer hasta aquí", asegura.
Llevaban desde que eran niñas imaginando este reencuentro. Pero lo que no se podían haber parado a pensar es que su primer abrazo se lo darían debido a una guerra. "Ahora seguimos hablando gracias al bendito traductor de google, con señales, repitiendo mucho palabras en español", cuenta Tatiana.
Angélica ya está empatronada en el hogar de Tatiana y muy pronto obtendrá un permiso de trabajo. Su pensamiento es volver a Ucrania, donde está prometida con su pareja desde hace tres años, o bien, traer a su familia a España. "Después de encontrarla, va a ser imposible separarnos", asegura Tatiana.