viernes. 22.11.2024

La lucha contra el cáncer es un camino muy duro al que se enfrentan a diario muchas personas. Un camino que le ha tocado recorrer a la bailaora de flamenco Rocío Díaz. La joven de 35 tenía un bulto en el pecho y posteriormente le confirmaron que tenía cáncer de mama. La bailaora ha logrado ver la luz al final de ese recorrido y este martes ha celebrado el fin de su tratamiento.

Esta guerrera ha ganado la batalla y lo ha celebrado como mejor lo sabe hacer, bailando. En el Hospital Punta de Europa de Algeciras, donde estaba recibiendo el tratamiento, montaron un tablao flamenco al que no dudó en subirse en cuanto terminó su sesión. Los médicos que la han acompañado durante esta batalla no la han dejado sola. Mientras una médica cantaba, otras tocaban la caja y la guitarra. “Las enfermeras han sido mi alegría para querer volver cada semana” comentaba a NIUS. La bailaora hizo sonar sus tacones al ritmo de las canciones. Era su momento, el de disfrutar y celebrar que había terminado con la última gota de quimioterapia.

Las personas que le acompañaban en la sala no paraban de animarle hasta el punto de que Rocío acabó quitándose la peluca. “Así hago para visibilizar la enfermedad, quiero reflejar que la belleza no es como nos vemos, sino lo que somos. Es muy duro mirarse al espejo y verse calva, sin pestañas y no reconocerse. Pero esta es la realidad y hay que buscar el sentirse bien con una misma. Con pelo o sin pelo” explicaba a NIUS. Una muestra de que esta enfermedad es muy cruel, pero después de esa lucha puedes encontrar la luz.

La bailaora Rocío Díaz celebra su última quimio como mejor sabe, bailando