Mary Marson, una energética bisabuela de 94 años, desafía todos los estereotipos de la vejez asistiendo tres veces por semana a clases de Zumba en un centro deportivo de Londres. Y según ella, nunca ha estado más sana.
Nacida en Jamaica y residente en Reino Unido desde los 27 años, Mary atribuye su excelente estado físico y mental a dos pilares: una dieta basada en alimentos orgánicos y su rutina de ejercicio al ritmo de la música latina.
“¡Puedo hacer todo el entrenamiento, incluso agacharme y tocar el suelo!”, asegura con entusiasmo. “La música me llena de energía. Siempre he sido una persona positiva, y eso también ayuda. ¡Simplemente no puedo sentirme vieja!”
Mary acude semanalmente al centro Wavelengths, en el barrio de Deptford (sureste de Londres), donde se ha convertido en toda una inspiración para los asistentes y el personal del lugar. De hecho, cada año celebran su cumpleaños con globos, tarta y mucho cariño.

“También tengo buenos genes”, reconoce con una sonrisa. “Mis padres vivieron muchos años.”
A pesar de su edad, Mary no padece enfermedades importantes, más allá de algún resfriado ocasional. Y no solo se mantiene activa, sino que anima a otros mayores a hacer lo mismo.
“Muchos sienten miedo y piensan que no pueden hacer ejercicio con gente más joven. Pero quedarse sentado todo el día es lo que realmente te enferma. ¡Les diría que se animen! Probablemente terminen siendo una fuente de inspiración para los más jóvenes. No se arrepentirán.”
Su familia, compuesta por cuatro hijos, cuatro nietos y cinco bisnietos, no puede estar más orgullosa de ella.
La instructora de fitness Topaz White, quien lidera las clases de Zumba, no duda en calificar a Mary como su “She-ro” (heroína). Con cariño y admiración, bromea en redes con un mensaje claro:
“Todos deberíamos #SerMásMary”.