Lo más peculiar de la situación, según los bomberos, es que el reptil no parecía contar con las habilidades ninja ni las mutaciones que suelen atribuirse a las tortugas que habitan en alcantarillas, así que necesitaba un poco de ayuda.
Una llamada desesperada
El capitán Robert Wilkins contó a los medios locales cómo todo comenzó con una llamada preocupada de una vecina.
“La mujer estaba claramente angustiada,” explicó Wilkins. “Nos dijo que la tortuga llevaba tres o cuatro días en el desagüe. Había llamado a varias personas para que la ayudaran, pero nadie se presentaba.”
El lugar del incidente era un centro comercial cercano. En el fondo de la alcantarilla, apenas había suficiente agua para mantener húmeda la piel de la tortuga, rodeada de lodo y desechos.
Un rescate con estilo
Al llegar al lugar, el equipo decidió actuar de inmediato. Sin embargo, dejaron claro que la tortuga no portaba espadas samuráis ni nunchakus y, a pesar de su descuido al no llevar pizza, el reptil no la pidió.
Tras abrir la rejilla, dos bomberos sujetaron a un tercero por las piernas para que pudiera descender al estrecho conducto. El voluntario para la misión fue el bombero Allen Schelm, quien logró sacar a la tortuga sin mayores complicaciones.
Héroes con nuevos apodos
El rescate no pasó desapercibido y pronto los bomberos ganaron nuevos sobrenombres. Según el Fort Myers News-Press, el equipo fue apodado “Miguel Ángel”, en honor al famoso personaje de las Tortugas Ninja.
“Puede que hayamos pedido unos patitos de goma con ese nombre grabado,” bromeó Schelm.
Por otro lado, la tortuga también recibió un nombre especial. Cuando los rescatistas la alzaron para mostrársela a los niños presentes, alguien sugirió llamarla “Señor Pickles”, ya que se había metido en un verdadero "aprieto" (pickle en inglés).
Un rescate peculiar que demuestra que, incluso sin habilidades ninja, todos merecen una mano amiga.