La sensación de una extremidad fantasma es uno de los grandes misterios de la medicina: que alguien pueda sentir una mano que ya no está, perdida hace tiempo debido a una amputación. Ahora, un equipo de investigadores ha logrado estimular los nervios de un brazo amputado para generar sensaciones térmicas en la extremidad fantasma, permitiendo que los pacientes sientan calor y frío de manera realista.
Un avance en la neurociencia aplicada a prótesis
A través de sensores y pequeños dispositivos térmicos llamados "termodes", los científicos lograron que un paciente distinguiera entre una bolsa de agua caliente, una fría y otra a temperatura ambiente. Lo sorprendente es que no fue la prótesis la que detectó la diferencia, sino su mano fantasma.
El experimento se realizó adaptando su prótesis existente con estos sensores, colocados en puntos clave de los nervios de su brazo amputado. El resultado fue asombroso: con la modificación, acertó el 100% de las veces al identificar la temperatura, mientras que sin ella, su precisión cayó a solo un tercio.
"El calor es una sensación hermosa"
Uno de los participantes del estudio, Fabrizio Fidati, expresó su emoción con este avance:
"El calor es la sensación más hermosa que existe. Esta tecnología tiene un gran potencial para mejorar las prótesis. Poder sentir temperaturas puede ayudarnos a interactuar mejor con otras personas… el calor es fundamental."
Otro de los pacientes, Francesca Rossi, compartió una experiencia similar:
"Mi mano fantasma ya no se siente como algo irreal. Antes, si tocaba mi muñón, sentía hormigueo en mi mano ausente. Pero sentir la temperatura es algo distinto, algo hermoso."
Un descubrimiento inesperado
El investigador Solaiman Shokur, del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Lausana, explicó que inicialmente esperaban que los pacientes señalaran su muñón cuando sentían la estimulación térmica. Pero la sorpresa fue que, en lugar de eso, señalaban su prótesis, asegurando que era ahí donde sentían el calor o el frío.
"Lo más importante de este hallazgo es que las sensaciones térmicas fantasma se perciben de la misma manera que las experimentadas en la mano real del paciente", explicó Shokur.
Este avance no solo representa un paso adelante en la creación de prótesis más realistas, sino que también ofrece a las personas amputadas una conexión más profunda con su cuerpo, reduciendo la sensación de pérdida y aumentando su calidad de vida.