Angelina Bourke, una joven de Brisbane (Australia), reservó un vuelo para ella y su madre a Auckland (Nueva Zelanda) en cuanto se anunció la apertura de la burbuja trans-tasmana para ver a sus abuelos después de 500 días separados.
La burbuja trans-tasmana planteada por los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda para permitir la libre circulación entre ambos países, al tiempo que ambos mantenían sus fronteras cerradas con otros países, alivió el 19 de abril las restricciones de cuarentena entre sus viajeros por primera vez en un año.
Tras estos cambios, y abrumada por la felicidad, Angelina aprovechó la oportunidad de volver a reunirse con sus abuelos, Hank y Leonie, en su casa del pueblo por primera vez en más de un año.
Angelina confesó a Caters: "Sentí una mezcla de alegría y amor porque, hasta que los vi, no me di cuenta de lo mucho que los echaba de menos y de lo importantes que eran para mí".