viernes. 22.11.2024

El amor y el dinero pueden ser dos aspectos que se entienden mejor separados y, en ocasiones, es común pensar que es mejor separar tus  finanzas de las de tu pareja, pero la realidad es que así no serás más feliz. De hecho, una nueva investigación de la Escuela de Negocios Kelley de la Universidad de Indiana (EE UU) ha revelado lo contrario: las parejas casadas que administran sus finanzas juntas pueden amarse por más tiempo y tienden a ser más felices.

Investigaciones anteriores sugieren una correlación de que las parejas que fusionan las finanzas tienden a ser más felices que las que no lo hacen. Pero esta es la primera investigación que muestra una relación causal: las parejas casadas que tienen cuentas bancarias conjuntas no solo tienen mejores relaciones, sino que pelean menos por el dinero y se sienten mejor acerca de cómo se manejan las finanzas del hogar.

"Cuando encuestamos a personas con diferentes duraciones de relaciones, aquellos que habían fusionado cuentas transmitieron niveles más altos de comunalidad dentro de su matrimonio en comparación con personas con cuentas separadas, o incluso aquellos que fusionaron parcialmente sus finanzas", explica Jenny Olson, profesora asistente de marketing en Kelley.

Los hallazgos aparecen en el artículo 'Céntimos comunes: estructura de la cuenta bancaria y dinámica de las relaciones de pareja' del Journal of Consumer Research.

Olson y sus coautores reclutaron a 230 parejas, que estaban comprometidas o recién casadas en ese momento, y las siguieron durante dos años mientras comenzaban juntos su vida de casados. Todos comenzaron el estudio con cuentas separadas y aceptaron cambiar potencialmente sus arreglos financieros.

Luego, se asignó aleatoriamente a algunas parejas para que mantuvieran sus cuentas bancarias separadas, y a otras se les dijo que abrieran una cuenta bancaria conjunta. A un tercer grupo se le permitió tomar la decisión por su cuenta.

Las parejas a las que se les dijo que abrieran cuentas bancarias conjuntas informaron una calidad de relación sustancialmente mayor dos años después que aquellas que mantuvieron cuentas separadas, asegura Olson, y agrega que la fusión promueve una mayor alineación y transparencia de objetivos financieros, y una comprensión comunitaria del matrimonio.

Al tener una cuenta conjunta, "hay una perspectiva de 'nosotros'" y, en cambio, las parejas con cuentas separadas veían la toma de decisiones financieras más como un intercambio.

Con cuentas separadas los que están casados pueden pensar que es más fácil dejar la relación, afirma Olson. El 20% de las parejas participantes no terminaron el estudio, incluido un porcentaje significativo de aquellas que se separaron después de no fusionar las cuentas bancarias.

La edad media de los participantes fue de 28 años. Las tres cuartas partes eran blancas y el 12% eran negras. El 36% tenía una licenciatura y un ingreso familiar promedio de 50.000 dólares. Las parejas se conocían, en promedio, unos cinco años y habían tenido una relación sentimental durante un promedio de tres años. El 10% tenía hijos.

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