Al joven le habían diagnosticado Linfoma de Hodgkin y, al mismo tiempo, se enteró de que había aprobado las oposiciones para ser profesor.
Según Antena 3, todo comenzó con una tos que no cesaba y que empeoraba con el tiempo. Tras un primer diagnóstico de alergia, equivocado, finalmente se descubrió un bulto en su pecho que seguía creciendo. Fue en el Hospital Infanta Elena de Huelva donde le confirmaron que sufría cáncer en estadio 2.
A pesar de que ingresó para recibir el tratamiento, tras los primeros ciclos se descubrió que el linfoma había avanzado. Moisés fue trasladado al Hospital Virgen del Rocío en Sevilla para participar en un ensayo clínico con un nuevo fármaco, sin embargo el cáncer se propagó al estadio 4, considerado el peor pronóstico.
Sin embargo, cuando todo parecía perdido, se empezó a ver la luz al final del camino, la terapia CAR-T. Esta terapia consiste en alterar las células T del sistema inmunitario en el laboratorio para que puedan reconocer y atacar las células cancerosas. Moisés se sometió a un mes de tratamiento en una habitación aislada, solo junto a su padre, por el riesgo que llevaba contraer cualquier infección potencialmente mortal. Después de esto, el cáncer estaba prácticamente en remisión.
Moisés ahora comparte su historia como una fuente de esperanza y motivación para otros. Su caso demuestra el potencial de las terapias experimentales y la importancia de la investigación médica en la búsqueda de tratamientos efectivos para enfermedades graves.