viernes. 22.11.2024

Recientemente se ha demostrado que practicar yoga dos veces por semana es eficaz para reducir los síntomas de fatiga en personas con cáncer, así como para reducir la probabilidad de que un cáncer vencido reaparezca.

Cada año, 18 millones de personas en todo el mundo desarrollan diversas formas de cáncer, y es bien sabido que la inactividad física aumenta el riesgo de padecerlo.

Además, se sabe que la mayoría de las formas de ejercicio lo previenen; lo mismo ocurre con el yoga, que acaba de ser objeto de una investigación de lo que el periódico The Guardian llamó "los principales investigadores mundiales del cáncer".

Tres estudios presentados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), el mayor congreso mundial sobre el cáncer, sugieren en conjunto que recetar reposo a un paciente que sufre bajos niveles de energía o fatiga no es la mejor medida sanitaria.

En uno de los estudios, dirigido por el Centro Médico de la Universidad de Rochester, 500 pacientes de cáncer que habían recibido un programa de tratamiento para su cáncer entre 2 semanas y 5 años antes fueron asignados aleatoriamente a un grupo de control o a un grupo de intervención que incluía dos clases de yoga de 75 minutos a la semana.

"Nuestros datos sugieren que el yoga reduce significativamente la inflamación entre los supervivientes de cáncer", escribieron los autores del estudio en un informe publicado en la reunión de la ASCO. "Los clínicos deberían considerar la prescripción de yoga para los supervivientes que experimentan inflamación, lo que puede conducir a una alta carga de toxicidad crónica y un mayor riesgo de progresión, recurrencia y segundos cánceres."

El yoga, uno de los muchos beneficios sociales de los que disfruta todo el mundo gracias a la existencia de la cultura india, es probablemente la mejor forma de ejercicio de baja intensidad al alcance del ser humano, ya que aumenta el ritmo cardiaco, involucra a grupos musculares enteros y profundiza en la respiración.

"Lo que les digo a los médicos es que deberían recomendarles [a los pacientes con cáncer] el yoga como una opción y ayudarles a encontrar lugares en su comunidad donde puedan practicarlo", declaró a The Guardian Karen Mustian, investigadora principal del estudio.

En el segundo estudio, también dirigido por Rochester, los investigadores examinaron el impacto del yoga en la fatiga y la calidad de vida.

Los pacientes de cáncer de edad avanzada que asistieron al mismo programa de clases de yoga mostraron niveles más bajos de fatiga e informaron de niveles más altos, estadísticamente significativos, de satisfacción vital.

Un tercer estudio descubrió que los pacientes de cáncer clasificados como "activos", como los que podrían dar un paseo a paso ligero de 30 minutos, tienen un riesgo de muerte reducido en casi una quinta parte.

"También tenemos que educar a la familia", afirma la Dra. Jurema Telles de Oliveira Lima, supervisora del tercer estudio. "Porque es muy común que la familia quiera proteger a la persona mayor cuando tiene cáncer, como: 'No voy a dejar que haga nada ni que vaya a ninguna parte'. Tenemos que decirle a la familia que [la actividad física] puede ser lo mejor para el paciente y también a nivel psicológico".

 

Un estudio demuestra que hacer yoga evita y reduce que se expanda el cáncer