La orquesta culé ya empieza a sonar afinada y en sintonía con Xavi como director, guiando al equipo con su batuta y buen juego para vencer a un Nápoles que en el Camp Nou dio problemas a los barcelonistas. El Estadio Diego Armando Maradona fue testigo de un mágico encuentro entre dos de sus equipos que se jugaban el pase a octavos de la Europa League, pero el Barcelona quería el cupo.
El Barcelona poco a poco, jornada tras jornada ha ido perfeccionando un juego protagonizado por la posesión de balón y el buen criterio ofensivo, que junto a los fichajes del mercado invernal, han conseguido devolver la sonrisa al barcelonismo con vistas al futuro y a intentar reengancharse en la pelea por la liga.
Clasificarse a la siguiente fase de la Europa League era importante para los de Xavi que, tras haber caído en Copa del Rey y con la liga tan lejos, a 15 puntos del Real Madrid, la competición europea parece ser el único torneo al alcance de los culés. Los de Xavi salieron en Nápoles con todo a ganar y jugando bien, dando cátedra de fútbol. El primer gol no tardaría en llegar de los pies de Jordi Alba tras una espectacular carrera de Adama Traoré, que sorteó a tres defensas y dejó el balón en boca de gol para el lateral izquierdo.
EL Nápoles se resintió del gol y más cuando 5 minutos después Frenkie de Jong se sacaría de la chistera una obra de arte digna de un museo. El holandés, que no es Van Gogh, clavó el balón por la escuadra sorprendiendo a Meret y colocando un tempranero 0-2 que daba la calma y tranquilidad a la afición que sufrió el partido de ida.
Sin embargo, el Barcelona aún necesita del mejor Ter Stegen si en algún momento la orquesta desafina, pues ayer no fue el mejor día para el meta alemán. En una jugada desafortunada cometió un penalti innecesario que ayudó al Nápoles a creer en la igualada, recortando distancias desde los 11 metros.
El empate estaba lejos pues el Barcelona continuaba siendo superior atacando de manera precisa y con efectividad, faceta que se les escapaba en gran parte de la temporada. Ya a la vuelta de los vestuarios, el autor del tercer gol fue Piqué, el cual se sumó al ataque y como si de Mbappé se tratase, el central culé hizo un gran recorte en la frontal que culminó con un disparo, poco ortodoxo, pero colocado al palo imposible para Meret..
Los napolitanos estaban bastante dolidos, y a pesar de su aumento de nivel al inicio de la segunda parte no eran lo suficientemente dañinos como para poner en peligro el juego del Barcelona. El encargado de acallar finalmente las dudas y poner fin al encuentro fue el jugador en mejor racha de los culés, Aubameyang. El delantero del mercado de invierno se encargó con otro gran disparo poner el imponente 1-4 para los culés.
El Nápoles tiró de casta y orgullo para los suyos y aprovechó las rotaciones de Xavi y los cambios para marcar un gol más del honor por medio de Politano, ante un Ter Stegen no muy acertado. El Barcelona firma así el mejor mes de lo que lleva de competición con 3 goleadas seguidas y con Xavi al mando de un barco que no solo ha salido a flote, sino que marcha viento en popa a toda vela.