Continúan los fallecimientos en extrañas circunstancias de los oligarcas rusos cercanos a Putin. En este caso, el fallecido se trata de Alexander Subbotin, el ex-directivo de 43 años de la mayor compañía petrolera de Rusia, Lukoil. La causa de la muerte, en este caso es un tanto extraña, el oligarca falleció tras inyectarse veneno de sapo en casa de un chamán, en la capital rusa, Moscú.
El ex-directivo de Lukoil buscaba una solución y remedio para paliar su resaca. Finalmente dio con la casa del chamán en Moscú, donde accedió a someterse a un ritual exotérico, donde le inyectaron el veneno de sapo. Instantes después de ello, Subbotin sufrió un ataque al corazón. Los chamanes para que el oligarca se calmara le dieron una solución tranquilizante a base de valeriana que funcionó, e hizo que el oligarca sobreviviese. Al día siguiente, Subbotin amaneció muerto.
Esta se suma a las 6 muertes de oligarcas rusos en extrañas circunstancias, y aunque esta parece haber sido una muerte natural por un paro cardíaco, versión que apoyan los informes oficiales rusos, las teorías y especulaciones piensan que puede tratarse de una muerte no accidental, y podría ser un asesinato en cubierto por parte del Kremlin, a modo de maniobra económica y respuesta contraria a las maniobras militares de Rusia sobre Ucrania.
Seis oligarcas rusos han sido los fallecidos en los últimos meses, todos relacionados con el sector gasista o de la banca, todos ocurridos desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania. Estas muertes han levantado las sospechas de los investigadores internacionales. 4 de estas muertes han sido dentro del propio país ruso mientras que las otras dos sucedieron en España y Reino Unido.