Cada día las personas que tienen algún tipo de discapacidad nos demuestran que, si uno se lo propone, no hay límites. En el caso de los videojuegos, la Fundación ONCE ha estado trabajando durante tres años para que estos sean accesibles a todos, por lo que se van derribando obstáculos dentro del sector de ocio más importante del mundo.
Un chico ciego llamado Sergio está más que acostumbrado a jugar videojuegos, ya que dentro de ellos cuenta con alguien que le va guiando mientras juega, lo cual no ocurre a diario al no tener a alguien pegado todo el día.
Finalmente, la industria de los videojuegos toma en cuenta a estas personas a través de la inclusión de notificaciones visuales y sonoras, lectores de pantalla, entre otros. Los jugadores con discapacidad solo dependen de su pericia para pasar de fase, tan y como lo hace el resto.