jueves. 10.04.2025

Después de más de dos años encerrado en una pequeña jaula oxidada, Noah, un oso pardo sirio de cuatro años, ha logrado algo tan básico como extraordinario: descansar. Y lo ha hecho durante siete días seguidos, en una muestra clara del agotamiento físico y mental que arrastraba tras un largo periodo de encierro.

La historia del oso Noah ha conmocionado a organizaciones animalistas internacionales. El animal vivía hacinado en un espacio de apenas 15 por 20 pies (aproximadamente 4,5 x 6 metros), con la puerta soldada, sin acceso a una vida digna. Situado junto a un restaurante de la capital armenia, Ereván, su única función era servir de “entretenimiento” para los clientes. Expuesto a las inclemencias del clima y obligado a permanecer de pie sobre un suelo lleno de desechos, el sufrimiento era constante, reflejado incluso en sus patas visiblemente heridas.

El pasado 5 de marzo, un equipo conjunto de la ONG International Animal Rescue (IAR) y la Fundación para la Conservación de la Vida Silvestre y los Bienes Culturales (FPWC), con el apoyo de la policía y servicios de emergencia locales, logró liberar al animal. Para ello, tuvieron que cortar literalmente la puerta de la jaula.

Una vez rescatado, Noah fue trasladado a un centro de recuperación gestionado por FPWC. Allí, tras ser llevado a un recinto con vegetación y paja fresca, el joven oso por fin pudo relajarse. Las imágenes que se han hecho virales lo muestran acomodándose entre la paja con una expresión que mezcla alivio y felicidad, como un panda jugando en la nieve.

No obstante, el camino hacia su recuperación será largo. Con un peso de alrededor de 100 kilos y criado en cautividad, Noah sufre daños dentales visibles y necesitará atención veterinaria especializada, además de vigilancia constante.

Alan Knight, presidente de International Animal Rescue, ha calificado el caso como “una historia de sufrimiento inimaginable” y ha hecho un llamado a la colaboración ciudadana para cubrir los costes del primer año de rehabilitación, que ascienden a unas £2.500 (unos $3.200). “Hemos logrado salvar a Noah, pero ahora comienza su verdadero proceso de curación, que no puede lograrse sin ayuda”, ha señalado.

El caso de Noah no es aislado. Según datos de la campaña Great Bear Rescue de IAR, en Armenia todavía hay cerca de 80 osos en condiciones similares, encerrados en zoológicos improvisados, hoteles y restaurantes.

Noah, el oso rescatado de una jaula, duerme tras años de cautiverio en Armenia