La nadadora y medallista paralímpica Melanie Barratt ha hecho historia al convertirse en la primera mujer ciega en cruzar a nado el Canal de la Mancha, logrando completar la travesía en menos tiempo del esperado.
A sus 49 años, Barratt nadó desde Shakespeare Beach, en Dover (Reino Unido), hasta la playa de Cap Gris Nez, en Francia, en 12 horas y 20 minutos, superando la marca estimada de 14 horas. La deportista describió su hazaña como “un sueño hecho realidad”.
De la natación paralímpica al desafío del Canal de la Mancha
Melanie nació con una discapacidad visual severa debido a que su madre contrajo toxoplasmosis congénita durante el embarazo. A lo largo de su vida, esta condición la llevó a sentirse aislada, pero encontró en la natación un refugio y una fuente de confianza.
Su carrera deportiva despegó cuando comenzó a entrenar con la organización British Blind Sport, lo que la llevó a competir en los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996 y Sídney 2000, donde ganó dos medallas de oro, dos de plata y una de bronce.

Tras retirarse de la natación competitiva, buscaba un nuevo reto. Fue entonces cuando descubrió la natación en aguas abiertas y, con la ayuda de una experimentada nadadora, se lanzó a este nuevo desafío.
"El frío del agua me hizo sentir cada célula de mi cuerpo. Fue liberador", explicó Barratt sobre su experiencia en mar abierto.
Un reto extremo y una travesía histórica
Nadar el Canal de la Mancha es considerado “el Everest de la natación”, una prueba extrema incluso para los atletas más experimentados. Para orientarse en aguas abiertas, Melanie utilizó unos auriculares de conducción ósea que le permitían recibir indicaciones de su esposo, quien la acompañó en un kayak con pintura de colores brillantes que ella podía distinguir.
Antes de esta travesía, participó en varias competiciones, como la Maratón del Támesis y una carrera de relevos en el Lago de Ginebra. Finalmente, tras dos años de preparación, el 28 de agosto de 2024, logró cruzar el Canal de la Mancha y, dos meses después, recibió el Récord Guinness por su hazaña.
"A mitad del trayecto sentí miedo y pensé que no lo lograría, pero tenía un equipo increíble y una gran determinación", confesó.
Para Melanie, el deporte ha sido una forma de superar las barreras que le impone la ceguera: "La vida siendo ciega es increíblemente difícil y limitante, pero el deporte y la natación en aguas abiertas me han dado una nueva confianza y orgullo en quien soy."
Su historia es una inspiración para muchos, incluyendo a su familia: "Mi esposo y mis hijos saben que siempre necesito un reto, y espero haber inspirado a otros a perseguir los suyos."