La quinta ola se ha diferenciado por la llegada de la variante Delta, al grupo de edad de los 12 a los 29, siendo los que más contagios han sumado y el que más rápido y más ha transmitido.
Con el verano, las restricciones fueron cayendo poco a poco, mientras que este grupo de la población aun no estaba vacunado por entonces, la guardia bajó y volvieron a subir las estadísticas de contagios, incluso llegando a picos de 3.000 casaos de COVID-19 por cada 100.000 habitantes.
Aunque los adultos y jóvenes han sido los grandes transmisores de esta quinta ola, según un estudio realizado por los investigadores de Public Health Ontario publicado en la revista “JAMA Pediatrics” ha revelado que, dentro del hogar, los bebés contagian mucho más que los jóvenes.
Probabilidades de contagio
Aunque la realidad es que las probabilidades de contagio son más altas de un menos de 16 años con mucha vida social que un bebé de 0 a 3 años, el bebé contagiaría según el estudio el virus con más facilidad que el adolescente.
El origen se sitúa en un factor de comportamiento, ya que los pequeños necesitan más atención porque no pueden valerse por si mismos y no pueden ser aislados cuando están enfermos.
Los investigadores analizaron 6,280 hogares en los que la primera persona que contrajo el virus fue un menor de 18 años, siguieron buscando casos secundarios entre los convivientes durante las siguientes dos semanas, donde descubrieron que cuando el infectado estaba en la franja de edad de 14 a 17 años las probabilidades de infectar a otro miembro de la casa era del 12%, mientras que cuando el contagiado era un bebé menor de 3 años, las probabilidades eran hasta de un 40%.