El verano es una época donde nos relajamos de todas nuestras rutinas diarias: dejamos de ir al gimnasio, disfrutamos de unas vacaciones en la playa, vamos a cenar a sitios bonitos...Sin embargo, la vuelta a la realidad puede impresionar o incluso agobiar que se haya pasado la tarjeta de más. Todos necesitan unas vacaciones tras haber pasado meses trabajando, pero algunos consejo para afrontar septiembre y llegar a fin de mes son muy valiosos.
Es normal que en vacaciones se gaste más, y bien merecido, pero hay que ser realistas con las vacaciones que podemos permitirnos y llevar cierto control, ya que sino se puede caer en un sobreendeudamiento.
La mejor opción, en estos casos, es ahorrar previamente para solventar los gastos del periodo vacacional y poder hacer frente a los pagos de la vuelta. Además, este tipo de gastos es mejor no financiarlos con intereses ya que puede crearte una deuda que durará meses o incluso un periodo de tiempo mayor.
Marcarse objetivos realistas es una de las cosas más importantes. El turismo nacional es muy buena opción para desconectar y descubrir partes de tu país que no conocías y pueden ser igual de bonitas que otras partes del mundo. En tiempos de pandemia es complicado salir del país y hay muchos lugares que aún no se pueden visitar, por lo que redescubrir tu país es una gran idea.
Algunas ideas sobre en qué podemos reducir los gastos durante nuestras vacaciones y después de ellas.
Planifica las comidas. El verano aumenta la salida a restaurantes y puede aumentar un 40% tu gasto destinado a la alimentación. Por ello, es importante planificar las diferentes comidas que vais a realizar. No es buena idea comprar en exceso y podéis optar por opciones más saludables tras los excesos del verano. Se ha de seguir una buena planificación y tu bolsillo lo agradecerá.
Aprende a controlar los impulsos de gasto. Hay muchas personas que les encanta comprar y, cierto sector de la población tiene un problema con ello, por lo que si sientes el impulso de comprar en exceso o algo que realmente no necesitas, intenta resistirlo. Piensa cuántas veces lo vas a usar en un mes y si la respuesta es muy pocas, porque en tu interior sabes que no lo necesitas, no lo compres. Aprende a conocerte, puede que compres porque estás triste o nervioso, si identificas el sentimiento y aprendes a controlarlo, tu bolsillo lo agradecerá.
Planes al aire libre. ¿Qué hay mejor que disfrutar del buen tiempo al aire libre? Puedes retomar la actividad física, respirar aire puro y ponerte en forma. Tu organismo lo agradecerá, pero si salir a hacer deporte no te parece buena idea, siempre puede irte de picnic al parque y llevar la comida que has preparado en casa, tumbarse debajo de la sombra de un árbol...Hay opciones para todo el mundo.
Cuidado con la factura de la luz. Sabemos que la luz se encuentra en unos precios muy elevados este verano. Utiliza de forma responsable el aire acondicionado o el ventilador, intenta adherirte a los horarios donde los precios son más bajos, no abuses de la plancha...Este cambio se verá reflejado en tu factura de la luz, muchas veces no es necesario utilizar todos lo aparatos que hay en la casa, por lo que aprenderás cuáles son los que consumen mayor energía.
Evita la tarjeta de crédito. Intenta alejarte de la compra de productos mediante el crédito ya que si tienes una economía más ajustada durante el mes de septiembre, no vas a quererla durante octubre también. No vas a encontrar cambios muy significativos en tu vida diaria y te ayudará a tener una mejor economía.
Ocio gratuito. Muchas veces queremos hacer la actividad más cara porque parece más divertida. Sin embargo, hay gran cantidad de formas de divertirse sin gastar ni un solo euro: una exposición de arte, realizar cualquier actividad deportiva, leer ese libro que tienes pendiente...Después de todo la diversión vacacional también es necesario un momento de autoescucha para saber cómo realmente nos sentimos y mediante este tipo de actividades podemos descubrirlo.