En el Hospital Vall D´Hebron se llevan más de 40 años realizando trasplante pediátricos que salvan la vida a cientos y cientos de niños. Este mes de octubre, celebran que ya han superado las 1.000 intervenciones que han mejorado la calidad de vida infantil y adolescente de muchos jóvenes. Uno de esos jóvenes es Valentín, al cual le realizaron dos trasplantes de riñón, tras diagnosticarle una rara enfermedad congénita.
Con tan solo cinco días de vida en este mundo, Valentín sufrió una hemorragia cerebral que hizo temer lo peor. A este le diagnosticaron una rara enfermedad congénita. Su madre, Sol López, asegura que "en principio no deja de ser evidentemente un shock", aunque matiza que pronto "empezaremos a investigar".
Tras pasar tres meses, sus riñones dejaron de funcionar. El joven vivió tres años con diálisis, pero pronto era necesario un trasplante para que siguiese con vida. "No funcionaba bien y por eso me tuvieron que hacer una operación", explica el pequeño. Dos intervenciones mejoraron su pronóstico. "Antes era un niño muy dependiente del hospital y con muchos ingresos. Y ahora estamos en una situación muy favorable", explica la doctora Gema Ariceta, jefa del servicio de nefrología pediátrica Hospital Vall D´Hebron.
Estos dos importantes trasplantes mejoraron su calidad de vida, permitiéndole relacionarse y hacer una vida normal de un niño de su edad. "Va al colegio, ha crecido y lleva una vida totalmente normal", indica Teresa Eixarch, supervisora de enfermería de la unidad de trasplante pediátrico en el mencionado hospital. Esta manifiesta que "el trasplante cambia la vida de Valentín y cambia la vida de la familia. Valoramos las pequeñas cosas, vivimos la vida y estar juntos desde un lugar distinto".
Ahora ya, con 9 años, la situación ha cambiado considerablemente. "Me encuentro bien", subraya el pequeño, que tiene la vida de un niño de su edad.