Una mujer que casi muere después de que una bacteria mortal le devorara la punta de la nariz, atribuye al bicarbonato de sodio haberle salvado la vida.
Beatrice Johnson estuvo al borde de la muerte tras enfermar gravemente hace seis meses con síntomas de malestar estomacal y náuseas.
En el Hospital Tunbridge Wells en Kent, Inglaterra, los médicos descubrieron que Beatrice, de 60 años, estaba en shock séptico y aconsejaron a sus seres queridos que se despidieran.
Sin embargo, en un último intento por salvarla, los médicos añadieron bicarbonato de sodio a su suero intravenoso como alternativa a la diálisis.
Este tratamiento inusual fue un éxito y, en pocos días, Beatrice se sintió mucho mejor.
Tras 36 días, fue dada de alta del hospital y se está recuperando bien con la ayuda de su hermana.
"Nunca pensé que algo tan simple me salvaría la vida", dijo Beatrice. "Realmente pensé que iba a morir. Estoy agradecida de que nunca se rindieran conmigo. ¡El bicarbonato me hizo levantarme como un pastel! Nadie pensó que estaría aquí hoy".
El calvario de Beatrice comenzó en casa cuando empezó a sentirse débil. A lo largo del día, su condición empeoró y tuvo dificultades para subir las escaleras. Al darse cuenta de que algo andaba mal, llamó a una ambulancia y en 10 minutos ya estaba siendo llevada al hospital.
"Cuando llegaron los paramédicos, no podían encontrar mi presión arterial. Estaban sorprendidos de que aún estuviera consciente".
Las pruebas revelaron que sus riñones habían comenzado a fallar y que necesitaría diálisis. Beatrice perdió el conocimiento y fue puesta en soporte vital, mientras los médicos llamaban a sus tres hijos para que se despidieran.
A pesar de los mejores esfuerzos médicos, su condición seguía empeorando hasta que introdujeron bicarbonato de sodio, comúnmente conocido como baking soda, que es una alternativa aceptada a la diálisis en casos graves.
En unos pocos días, Beatrice tuvo una recuperación milagrosa y salió del coma en una semana.
"En un día, era como otra persona", comentó Beatrice.
Después de despertar, los médicos le informaron que la punta de su nariz había sido devorada por una bacteria carnívora llamada fascitis necrosante, una rara infección bacteriana que se propaga rápidamente y puede causar la muerte.
Los antibióticos detuvieron la propagación y su nariz está ahora en proceso de recuperación, tras ser dada de alta del hospital 43 días después de haber sido desahuciada.
"Estoy sorprendida de estar todavía aquí. El tiempo de recuperación fue increíble y tengo que agradecer a los médicos por eso. Nunca pensé que el bicarbonato de sodio salvaría mi vida".
